Una apuesta segura es producir cintas de corte “crimen verdadero”. Basta destacar ciertas situaciones que revelen el lado oscuro de la condición humana.

Crimen y deseo, hecha en 2017, está entre la oferta 2021 de estrenos en línea. Tiene los elementos de: originalidad temática, ambiente claustrofóbico y personajes matizados para no ser buenos o malos sino seres en desventaja social rumbo a la tragedia.

Es la historia del agente del FBI, Mark Putnam (Jack Huston), que buscando ascender la escalera burocrática resuelve un caso en pueblo abandonado por la mano de Dios.

Ahí conoce a Susan Smith (Emilia Clarke), su informante estrella. Debido a ella, el caso fue histórico: el primero en el que un agente modelo de esa agencia policial purgó sentencia por asesinato.

El tema, de alto impacto, quedó en manos del veterano Philip Noyce que, para éste, su filme 16, confirma buenas tablas para dirigir actores (la señora Emilia Clarke actúa controladamente, a pesar de uno que otro atisbo exhibicionista).

La película, de obsesión sexual y despectiva frialdad, funciona por la atmósfera agreste de ese pueblo en medio de la nada. Ahí la zozobra es norma y el futuro no existe.

El desprecio a la vida humana es cotidiano a causa de su única salida: las drogas. Y la violencia contra mujeres casi es ley.

Gracias a la ensuciada foto de Elliot Davis, este retrato del EU rural, entre tenso y brutal, es devastador. Noyce lo lleva a buen fin con mano firme.

Tiene sus giros sorpresa, incluido el Putnam original contando detalles escabrosos de cómo su carrera acabó en la basura. Confirma con ello el desastre que es buscar justicia recurriendo a testigos protegidos.

El streaming recupera este filme serie B sobre cómo pormenores intrascendentes destrozan, en un instante, varias vidas.

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