Sé el primero

La gestión autocrática del presidente lo ha llevado a violar los principios básicos de la comunicación de crisis que rigen la actuación de los mundialmente prestigiosos Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, hoy en tensión explícita con las barbaridades del presidente Trump. Ello, a diferencia de la tensión oculta que muy probablemente existe aquí entre las áreas de investigación y atención de enfermedades infecciosas del Sector Salud, y las intromisiones irresponsables del presidente López Obrador en la crisis del Covid-19.

Be first: ser el primero en dar a conocer cada incidencia es el principio número uno de la comunicación institucional de crisis, ya que la primera fuente de una noticia resulta generalmente la más atendida. Y haber hecho postergar al sector salud el anuncio de la entrada de la fase 2 de nuestra emergencia: la irrupción de los contagios no importados, quizás para ajustar esa mala noticia a la agenda y a los deseos presidenciales, hizo que nos rebasara la Organizaciín Mundial de la Salud, OMS. Este paso se considera una advertencia de la autoridad internacional sanitaria a los estados nacionales remisos en el cumplimiento de la obligación de dar a conocer sus epidemias, con su evolución, en sus territorios, como ha sido el caso de China.

Tampoco fue primera fuente el gobierno federal en relación con tres gobiernos estatales, ni respecto a una serie de organizaciones privadas que adoptaron por su lado medidas correspondientes a la fase 2, antes que el gobierno nacional. E incluso el vocero de la contingencia y subsecrertario de Salud, Hugo López-Gatell, le dijo a Joaquín López Dóriga desde el viernes (cito su artículo de ayer) que ya “se había iniciado la fase 2 aún cuando no se dieran los requisitos, básicamente el contagio local”. Y a pesar de que en México y en el mundo se esperaba la confirmación del presidente en la ‘mañanera’ del lunes, AMLO la dedicó a promover el avance de sus controvertidos proyectos personales: Dos Bocas, Santa Lucía, Tren Maya. Y así fue que, acto seguido, la OMS no tuvo más remedio que rebasar los tiempos del presidente y anunciar el escalamiento de la crisis.

Sé derecho y sé creíble

En el video de este fin de semana, colgado por él mismo a la red, en el que exhorta a la gente a seguir saliendo a restaurantes y fondas, el presidente reafirmó su mando en la gestión de la crisis, sólo que para negarla. Y recalcó además que “el presidente (él) les va a decir cuándo hay que guardarnos”. No la autoridad sanitaria, ni el constitucional Consejo de Salubridad General que, al definir el momento como una emergencia de salud, da sus primeros pasos gracias a la insistencia del ministro José Ramón Cossío. Hoy por hoy al mando de la narrativa oficial de la crisis, aunque él se autoelogie por haberle dejado ese manejo a los especialistas, el presidente incumple otros dos principios básicos de la comunicación de crisis. Be right es uno: sé derecho, en el sentido de informar correctamente y con precisión, como requisito de credibilidad. Y es que no hay espacio para enumerar las incorrecciones e imprecisiones, contradicciones de un día para otro, medias verdades o falsificaciones completas que atentan contra el otro principio fundamental: Be credible, sé creíble, algo que sólo se alcanza con una veracidad inconciliable con los ocultamientos, minimizaciones, evasivas, chascarrillos, amuletos de la primera fase de la crisis.

Cambio de narrativa

Quizás estamos ante la última oportunidad del presidente de dejar la narrativa de la crisis a las instituciones competentes, apegadas a estos y otros principios de la comunicación de crisis, antes de empeorar sus efectos con reacciones fuera de control ante la desinformación y la beligerancia verbal.


Profesor de Derecho a la Información.
UNAM

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