@elpepesanchez

Nos guste o no la teoría económica liberal, es una idea generalizada la de aumentar el número de competidores en un mercado para mejorar el precio que pagan los consumidores. La lógica es simple: si solo hay un vendedor, dicho vendedor tiene el poder de subir o bajar el precio porque no tengo alternativa. Si hay más de una compañía ofreciendo el mismo producto, lo mismo puedo comprarle a una que a otra y esas compañías pelearán por mi consumo, ya sea ofreciendo mejores productos o mejores precios.

En ese sentido, hacer que Mexicana vuele de nuevo suena a buenas noticias. Especialmente si se trata ahora de una compañía del Estado que no buscará enriquecer a un particular sino conseguir que más mexicanos puedan viajar en avión. Desde el punto de vista de la equidad es muy loable. La primera vez que me subí a un avión tenía unos veintidós años. No es mentira que viajar en avión es un servicio suntuoso para un porcentaje muy amplio del país. La complejidad de las políticas públicas, es decir, de las decisiones de gobierno, es que por muy loables que sean en el papel tienden a estar plagadas de desafíos en la realidad. Para que el regreso de la aerolínea pueda lograr su objetivo de equidad en el acceso a transporte aéreo, tiene que lograr sobrevivir como empresa, aunque su objetivo no sea enriquecer a un empresario. Dicho de otro modo, la aerolínea debe ser rentable para que pueda mantenerse en el tiempo y ofrecer precios competitivos de modo que ponga la presión necesaria en el mercado para que otras empresas reaccionen para atraer consumidores. Claro que tiene sus ventajas ser una empresa estatal y habrá ahorros considerables, y que toda empresa nueva tendrá una curva de productividad importante hasta que logre un equilibrio entre costos e ingresos.

Las políticas públicas pueden fallar, aunque la intención sea la más virtuosa y enfocada en el bien del país y sus habitantes. De ahí que se estudien las políticas de manera sistemática y científica para poder lograr mejores decisiones que empleen de la mejor manera los recursos públicos siempre insuficientes. Existen diferentes mecanismos que pueden orientarse también a valores públicos como la equidad y la justicia. Los gobiernos no siempre están equipados para saber hacer todo de manera eficiente. La vida pública es tan amplia y compleja que no podemos esperar que los gobiernos sepan hacerse cargo de todas sus dimensiones, incluso si pensáramos que ese abarcarlo todo fuese deseable. ¿Es el ejército la organización del Estado más apta para operar una aerolínea de vuelos comerciales, a quien también le encomendamos el combate a grupos criminales?

Suena mucho menos romántico que tener una empresa pública haciendo surcos en el cielo, pero la regulación es un mecanismo de políticas públicas que podría hacer que las empresas que ya se dedican a volar pasajeros ofrezcan precios más justos. La diferencia en el costo de esas dos decisiones es abismal: el pago de una marca, la renta o compra de aviones, personal, promoción hacen que el camino de la empresa pública sea uno relativamente arriesgado. Hay un último detalle que no deberíamos pasar por alto: el mercado usualmente se encarga de desaparecer a los competidores ineficientes. Lograr que la nueva aerolínea se mantenga a flote

podría implicar inyectarle recursos en tanto sus costos sean mayores que sus ingresos. Cae muy mal la voz del aguafiestas, pero en las políticas públicas con mucha frecuencia sale más caro el caldo que las albóndigas.

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