Es natural que en la elección intermedia el partido gobernante sufra alguna merma por el desgaste de gobierno. No fue el caso con Salinas de Gortari cuando el PRI , tras haber tenido una votación de 51% en 1988, obtuvo 64% en 1991. Pero en todos los demás casos sí hubo descenso en mayor o menor medida. La coalición obradorista perdió cerca de 60 curules, que lo alejan de la mayoría calificada necesaria para hacer reformas constitucionales a modo.

Pese a ser “el presidente más popular del mundo”, según se anunció, su 60% o más de popularidad se tradujo en sólo 34% del voto para su partido. ¿A dónde se metieron los demás?

En ese sentido, el movimiento por el “ voto útil ” fue exitoso. Se trataba de fortalecer el contrapeso legislativo y se logró en medida al parecer suficiente (aunque no espectacular). Algo es algo, y esto no es menor como ya se está viendo.

Es también normal que la segunda mitad de todo gobierno implique una tendencia a la baja, popularidad mermada, menos control del proceso político y pérdida de poder presidencial. No parece que en este caso será la excepción.

2021 es un punto de quiebre, y conforme avance el sexenio, eso se hará más patente. Que la CDMX le haya dado la espalda a Morena en buena parte es también un indicio de ello.

Hemos visto, a partir de la elección, cómo se le complican las cosas a AMLO ; los contrapesos institucionales (o varios de ellos) hacen valer su autonomía; el TEPJF remueve de la presidencia al principal alfil de AMLO; la Suprema Corte rechaza la prolongación de mandato de Arturo Zaldívar , jugada clave de AMLO; la consulta sobre “el juicio a expresidentes” fue ignorada por la gran mayoría; no se pudo lograr que la iniciativa sobre la Revocación entre en la sesión extraordinaria; y ahora hasta sectores aliados se le rebelan al presidente y lo desafían (el caso de la CNTE ). No, las cosas no pintan bien. Las reformas constitucionales pendientes no podrán ser aprobadas a la carta; quedarán estancadas como un mero deseo o tendrán que ser negociadas con la oposición (lo cual, en la lógica maniquea de AMLO, quizá sea algo peor).

Y se le puede complicar la sucesión presidencial, e incluso las cosas podrían ponerse a tal grado complicadas que el triunfo de Morena en 2024, que se dio por sentado la primera mitad del gobierno, quizá ya no esté tan seguro. Eso depende, desde luego, de múltiples variables, pero ese feo escenario ya no puede descartarse sin más. De ahí la desesperación y enojo que muestra AMLO en sus mañaneras. De ahí la importancia que le da al ejercicio de refrendo, para recuperar parte del apoyo perdido, y para detener en lo posible la tendencia a la baja. A ver qué tan exitoso resulta ese intento, si es que se lleva a cabo.

Y también por eso AMLO pretende una reforma electoral cuyo centro es el recambio de consejeros y magistrados, con vista a tener controladas esas instituciones en 2024, por si las dudas. Todos saben que Claudia Sheinbaum es la favorita del presidente, la más idónea para el maximato que buscará AMLO, además de la más apegada a su proyecto. Además, necesita AMLO asegurar que el próximo presidente —sea o no de su partido— no lo llame a cuentas, como él lo ha hecho cumplidamente con Peña Nieto .

Pero si Claudia no logra figurar bien en las encuestas como posible ganadora, una derrota de Morena sería lo peor para AMLO (el pase automático al “basurero de la historia”). Por lo cual no se descarta como plan B que el candidato sea Marcelo, pese a no ser la mejor opción para AMLO. Al menos por ahora, Ebrard parece con mayores probabilidades de ganar. Esa es su apuesta. Y la inclusión de Adán Augusto López en Gobernación puede tomarse, además de un viraje político para tiempos más difíciles, como otra eventual carta de emergencia .

Pero AMLO intentará primero levantar a Claudia ; de ahí que la lleve a iniciar su campaña nacional en estados cuya problemática nada tiene que ver con la CDMX. Como sea, todo indica que las cosas se le complicarán crecientemente a AMLO, por lo que hay que estar preparados a que responda con coletazos y ocurrencias de todo tipo, que esperemos no resulten demasiado gravosos al país.

Profesor afiliado del CIDE.
@JACrespo1

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