Mi primer acercamiento a la UNAM fue cuando terminé el tercer grado de secundaria y tenía que  optar por mi siguiente etapa educativa: una institución pública y vespertina, pues tenía que combinar el trabajo con la escuela. Fue en el CCH Oriente y, un año más tarde, en la Prepa 5, donde comencé a ser parte de la comunidad UNAM.

Al terminar la prepa solicité mi ingreso a CU y me aceptaron en la carrera de Biología. Ahí tuve la oportunidad de convivir con compañerxs y maestrxs, cuya compañía me perfiló hacia un camino de pasión por las ciencias. En mi último año concursé y gané una plaza de ayudante de Bioterio, donde descubrí al zacatuche, un conejo mexicano endémico en peligro de extinción, cuyo patrón de muda documenté en mi tesis de licenciatura, por la que la UNAM me postuló para obtener una beca del Consejo Británico y estudiar un diplomado sobre la conservación de especies en peligro de extinción en la Fundación Gerald Durrell, Inglaterra.

A mi regreso cursé la maestría en Ciencias y más tarde la Organización Holandesa para la Internacionalización de la Educación me becó para estudiar un diplomado en Ecología Rural. Tiempo después, y con apoyo de Conacyt, comencé mi doctorado en la Universidad de Ámsterdam (UVA) y gracias a un intercambio estudié un año en la Universidad de British Columbia, Canadá, donde concluí mi doctorado como ecólogo del paisaje y, entonces, iniciaron los desafíos. El primero, mantener mi ayudantía de profesor en la UVA o ser parte de la comunidad de académicxs en la UNAM. No dudé, y por seis años di clases y asesoré a estudiantes en la Facultad de Ciencias. El segundo fue el de desarrollar un proyecto de investigación-intervención con comunidades indígenas en el manejo forestal integrado en Michoacán. Y el tercero lo viví en 1993, al recibir la invitación para crear un campus de la UNAM en Morelia, cuyo primer edificio se inauguró en 1996 por el rector José Sarukhán.

Años después, el director del Instituto de Geografía de la UNAM, el doctor José Luis Palacio, me invitó a liderar y dirigir la creación de una Unidad Académica de Geografía en el campus Morelia (2001-2005). Ahí se fijaron las bases conceptuales para crear una nueva entidad que pudiera desarrollar las aún inexistentes ciencias ambientales en la UNAM. Y en 2006, el rector Juan Ramón de la Fuente concedió la transformación de la Unidad al actual Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental.

Posteriormente, en julio de 2020, el rector Enrique Graue me confió la responsabilidad de ser el titular de la sede de la UNAM en Alemania. Así, hasta la fecha y con el apoyo de la doctora Patricia Dávila, nos hemos fijado la meta de vincular a las entidades de la UNAM con instituciones de educación superior y facilitar la cooperación académica en Europa.

En los últimos años he trabajado de la mano con Fundación UNAM, pues sé que los apoyos para estudiantes de bajos recursos son limitados y también sé, porque lo he vivido en carne propia, que la UNAM puede representar oportunidades para cambiar la vida a decenas de miles de estudiantes que de otra forma no hubiéramos tenido acceso a una internacionalización. Exhorto al resto de la comunidad UNAM a sumarse a FUNAM y hacer posible que los sueños de lxs alumnxs, sólo gestados en la imaginación, puedan hacerse realidad.

Director del Centro de Estudios Mexicanos con sede en Alemania

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