Palacio Nacional cimbra, expide humaradas de mentiras que no lo logran nublar la verdad. La Mansión del Bienestar se ha convertido en el símbolo de su inocultable hipocresía, y el inicio del destape corruptelas que ocurren al amparo del poder en el primer circulo cercano al presidente. A casi dos semanas de bagatelas narrativas —como el bochornoso e innecesario episodio de tensión en la relación con España— no bastaron para formular una respuesta verosímil y estructurada al caso de la mansión de José Ramón López Beltrán. El nueve de febrero, en su estulticia e incompetencia, Romero Oropeza, Director General de PEMEX, termino demostrando con cifras que Baker Hughes incremento su participación y ganancias con el gobierno de López, pasando de ocupar el puesto numero 13° al 7° como empresa proveedora de la paraestatal; en 2018 con Peña Nieto recibió 2,900 mdp incrementando consecutivamente hasta el 2021 a casi 9,000 mdp. Posteriormente, el domingo trece de febrero, día del Super Bowl, el bodoque del presidente decidió “esclarecer” (sin facturas, recibos o prueba documental alguna, más que la referencia a la pagina web de la empresa) los señalamientos sobre el conflicto de interés que le involucran, argumentado que todo su estilo de vida se haya sustentado en su honesto trabajo como asesor legal en KEI Partners, propiedad de Erika e Iván Chávez, hijos de Daniel Chávez, dueño de Grupo Vidanta y asesor honorífico de la construcción del Tren Maya. KEI Partners una supuesta empresa dedicada a administrar restaurantes y diseño de interiores, hizo eco en la prensa, que al indagar sobre la misma señalo que los contenidos de su sitio web fueron publicados un día antes de las declaraciones de Beltrán, acompañado de hallazgos en redes sociales sobre plagios de imágenes de un despacho de arquitectura londinense y algunas otras de Pinterest colocadas en su sitio. Al gobierno le basto algo tan escueto para intentar sepultar el asunto. En resumen, una argumentación tan solida… como un mazapán. En paralelo, otro tufo de conflicto de interés rondo el olfato de la opinión pública: Grupo Vidanta —el mismo con tierras en los alrededores de la planeación de Tren Maya— recibió más de 100 concesiones con la presente administración y se le otorgó (el mismo año que José Ramón obtuvo su visa para laborar en Estados Unidos) una ampliación a la concesión de ocupación de la playa de Bahía de Banderas en Nayarit por quince años, así como un permiso de construcción de un teleférico que conecta el mismo Estado con Jalisco. El ánimo social exige una explicación clara y basta al gobierno más “honesto y trasparente de la historia”. Los oficialista en su obnubilación insisten en desestimar el tema, exhibiendo que sus postulados no eran convicción, sino mera propaganda, mentiras discursivas que usufructuaban el enojo. Por más que intenten ocultar con embates versus los periodistas, la insostenible excusa de su “inherente honestidad” se hace patente. El presidente ataca ad hóminem y no al argumento, exige que se transparenten ingresos de privados aun en contra del ejercicio de sus derechos. El caso lo desnuda en su más grande ambición, ser un aspirante a dictador, que desconoce la ley y repudia la critica. López exalta su talante priísta, cuando en la dictadura perfecta hubiese sido su tiempo ideal, sin prensa libre, sin critica, con una sola voz, sin cuestionamientos. Su conciliábulo no basta para tapar la verdad. En campaña vociferaba: ”Hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan”… su plumaje no es esos, esta enlodado, obscenamente manchado por la corrupción que oscila a su alrededor.

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