In memoriam a los precursores de nuestra independencia nacional: Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende

Las relaciones entre los Estados Unidos de América del Norte y América Latina son un “laberinto de la soledad”. La historia con los “Estados Desunidos del Sur”, hunde sus raíces profundas en los movimientos de emancipación de estas repúblicas, que ya no querían ser súbditos ni esclavos, ser soberanos y terminar con el yugo impuesto del orden colonial por más de 300 años, por parte de España y Portugal (Brasil).

Esas potencias de la época se enriquecieron con el saqueo de enormes riquezas naturales a cambio de espejitos: oro, plata, con el látigo del encomendero azotado en la espalda de los indígenas conquistados con la espada y la cruz.

Los movimientos de emancipación continentales corrieron como reguero de pólvora en toda la América Española. Resalta en México la figura emblemática de Don Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende, en la “conspiración de Querétaro” de 1810. Encendieron la mecha que explotó en el pueblo de Dolores en la madrugada de aquel 15 de septiembre, hace 210 años, conduciendo al pueblo en armas, enarbolando el pendón de la virgen de Guadalupe.

Al sur del continente surge con gran fuerza la personalidad del libertador Simón Bolívar, el gran mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre, José de San Martín, Bernardo O’Higgins, venciendo al opulento poderío español libertaron a Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia, constituyendo “la Gran Colombia”.

Bolívar (ciudadano de la República Mexicana, por voluntad del congreso constituyente de 1824) se inspiró en la formación de una confederación de estados, desde México hasta la Patagonia, cuyo mapa es el emblema actual de la UNAM, unidos en un congreso representativo con fuerzas armadas para defender la unidad e integridad territorial de la confederación de los pueblos afroamericanos, buscando el entendimiento y unión fraterna de estos países.

Bolívar convocó a un congreso en Panamá, al que denominó Congreso Anfictiónico de Panamá, recordando la Liga Anfictiónica de la Grecia antigua. Este congreso se dio cita del 22 de junio de 1826 al 15 de julio del mismo año, deliberando en el convento de San Francisco, asistieron delegados de los siguientes países: la Gran Colombia, México, Perú, la República Federal Centroamericana, Bolivia, y un representante de los Estados Unidos.

El Congreso fue un rotundo fracaso, como ayer y hoy se dividieron los estados, la reunión propuesta para el siguiente año en México ya no ocurrió.

México por su posición geográfica ha sido la mayor víctima de las agresiones armadas de Estados Unidos, más de la mitad de su territorio forman hoy siete florecientes estados de la Unión Americana después de una guerra injusta (1847). Las relaciones con América Latina quedarían marcadas por 285 intervenciones norteamericanas en contra de las repúblicas del sur (Gastón García Cantú, Gregorio Selzer).

Nuestra frontera norte constituye la división de dos Américas, la América Anglosajona y América Latina.

Actualmente México se erige sin prejuicios como un defensor de la paz, la justicia, la cooperación internacional, el desarme nuclear en el continente, la justicia económica internacional, un nuevo orden económico internacional, respeto a los derechos humanos, solidaridad con los pueblos oprimidos y el respeto al derecho ajeno. Continuará…

Director general del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo

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