En honor a Oscar Schindler,
el nazi que se convirtió en héroe.

La Asamblea General de la ONU estableció que cada 27 de enero se recuerde como el “Día Internacional de la Conmemoración de las víctimas del Holocausto”, ejecutado con una gran bestialidad, verdadero genocidio ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial, perpetrado por el régimen nazi-fascista alemán, enfermos mentales, para una limpieza étnica a fin de eliminar de la faz de la tierra a la población judía y gitanos, a quienes consideraban basura, lacras que deberían desaparecer para crear la raza superior.

La Biblia define holocausto como el sacrificio de animales cuyo cuerpo debe ser exterminado por el fuego.

Con gran crueldad, más de 6 millones de judíos fueron arrestados en toda Europa para ser conducidos a los campos de concentración y exterminio como Auschwitz, Riga, Treblinca y otros, los cuales visité horrorizado durante mi estancia en Europa en 1978. Fueron víctimas de tratos crueles e infamantes contra mujeres, niños y ancianos indefensos, que fueron exterminados en los hornos crematorios, por el solo hecho de pertenecer a un grupo étnico y religioso, una verdadera barbarie que no se debe olvidar y menos repetir.

La historia registra otras atrocidades como el perpetrado en contra del pueblo armenio, que sufrió deportación forzada, crueldad de lesa humanidad. Diversos autores estiman entre millón y medio o dos millones de civiles que fueron ejecutados por el Imperio Turco Otomano entre 1915 y 1923 durante La Primera Guerra Mundial. Esta masacre llevó a la muerte a mujeres, niños y ancianos inocentes en esta diáspora armenia, muchos de ellos buscarían refugio en diversas partes del mundo, algunos llegarían a México que les ofreció protección y abrigo.

No podemos soslayar otras injusticias como la deportación ocurrida después de la reconquista de España contra la población judía y musulmana después de la guerra de Granada, fueron deportados a África, despojados de todos sus bienes. Esta fue otra limpieza étnica y religiosa cometida por órdenes del tribunal del “santo oficio”, que debería pedir perdón.

México ha sido un campeón de la paz y la defensa de los derechos humanos, solidario con los pueblos oprimidos, que sean víctimas de violación de sus derechos legítimos, como el caso de la defensa a los derechos del pueblo palestino.

La ONU emitió recientemente una resolución para la eliminación completa de las armas nucleares, naturalmente los países miembros del consejo de seguridad no aprobaron esta resolución.

Las armas atómicas son un peligro latente contra la humanidad, verdadera “espada de Damocles”, de acuerdo con el Premio Nobel de la Paz, don Alfonso García Robles, autor del “Tratado de Tlatelolco”, debe haber una eliminación total y completa de estas armas mortíferas.

No podemos olvidar las explosiones de dos bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki, de acuerdo con el poderío atómico actual son verdaderos juguetes porque la capacidad mutua asegurada es de 16 veces para destruir el planeta.

Si ocurriera una Tercera Guerra Mundial, que no deseamos, sería nuclear y la Cuarta sería a pedradas entre simios.

Director del CEEESTEM.

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