A Nelson Mandela, defensor de la paz y la dignidad humana.

El 10 de diciembre se conmemoró el Día Internacional de los Derechos Humanos. El tema tiene su origen en diversos documentos como la declaración universal proclamada en 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, organismo esperanza para la paz y la seguridad internacional, defensora de la dignidad y valor de la persona humana, los derechos de hombres y mujeres, y el respeto al derecho ajeno como prerrequisito de la paz.

La ONU celebra mundialmente el Día de los Derechos Humanos, coincidiendo con la fecha cuando la Asamblea General adoptó la Declaración de los Derechos Humanos.  Documento histórico que recogió los anhelos y derechos inalienables de todos los seres humanos, sin importar raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o ideológicas, nacionalidad, posición social, lugar de nacimiento inspirándose de la concordia y la marcha de la humanidad hacia la fraternidad.

Un antecedente de “Carta de los Derechos Humanos”, entre otros, es la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, cuando estableció un documento que refleja los primeros derechos humanos del continente americano en 1776. La “declaración de los derechos de Virginia” estableció en su texto sustantivo que “todos los hombres son por naturaleza iguales, libres e independientes”.

Digno de mencionarse también fue la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, proclamada el 26 de agosto de 1789, por la Revolución Francesa estableciendo que los hombres nacen libres e iguales en derechos, sin distinciones sociales.

El Estado mexicano desde sus orígenes como Estado-nación se inspiró en los ideales antes mencionados. Los padres que lucharon por la emancipación, independencia y libertad recogieron en distintos documentos principios de derechos humanos, como el decreto contra la esclavitud, expedido el 6 de diciembre de 1810 en la Ciudad de Guadalajara, por don Miguel Hidalgo y Costilla, declarando abolida la esclavitud en América.  Otro antecedente fue: los Sentimientos de la Nación, de Morelos, cuyo texto aparece en el proyecto de Constitución de Chilpancingo de 1814, el cual declara también la abolición de la esclavitud la proscripción de la tortura, y el derecho de asilo.

La Constitución de 1824 consagró la protección de los derechos humanos, principios que se reflejaron en las leyes ordinarias, siendo los siguientes:   los hombres nacen libres e iguales, apareciendo con el título de garantías individuales y sociales que la Constitución consagra. Los esclavos que pisen territorio nacional, por ese solo hecho alcanzarán su libertad y derecho a la protección de las leyes.

Nuestra Carta Magna que actualmente nos rige es hija legítima de la Revolución Mexicana que costó mucha sangre, pero parece que la hemos lanzado al basurero de la historia. La Constitución regula dos aspectos fundamentales: los derechos del hombre y la organización del Estado, elemental para la convivencia armónica entre todos los ciudadanos regidos por el Estado de Derecho. Tanto los derechos del hombre como la organización del Estado tienen su inspiración en la Revolución Francesa, cuando el pueblo francés en armas, cambió el obsoleto sistema dictatorial monárquico por un sistema republicano en el cual el soberano es el pueblo. Y por lo tanto el pueblo es el que manda.

El constituyente de 1917 inscribió en el texto constitucional que: todos los individuos deben  gozar de un mínimo de prerrogativas, como son los derechos humanos. Aparecen en el mismo texto como Garantías Individuales y Sociales en su artículo primero, declarando derechos elementales como: la libertad, la vida, prohibición de la discriminación en razón de origen étnico, género, edad, religión, preferencias sexuales, exaltando el valor supremo la libertad.  


Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo

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