Exactamente el día de hoy, se cumplen 500 años en que Hernán Cortés escribió en Coyoacán, la Tercera Carta de Relación que dirigió a Carlos V, entonces rey de España, para darle cuenta de las actividades y acciones que había emprendido del 30 de octubre de 1520 al 15 de mayo de 1522, periodo que comprende la guerra y caída de Tenochtitlán, el 13 de agosto de 1521.

Fue una forma de rendir cuentas, pero también una manera muy hábil de persuadir al rey, para ganar su confianza, apoyo y un marquesado rico en tierras y personas.

En mi parecer es uno de los manuscritos cortesianos más importantes, que nos revela desde el punto de vista eurocentrista y etnocéntrico, el carácter, espíritu, audacia e inteligencia de un hombre que buscó fortuna, poder y gloria para beneficio de su soberano, pero que, circunstancialmente, también impulsó la creación de una nueva sociedad política, preponderantemente mestiza, que al paso del tiempo logró tener un sello de identidad propio por medio del sincretismo y la fusión de dos culturas y mundos diferentes, pero unidos en una misma historia que es presente y futuro.

Seguramente Cortés nunca pensó que estaba fundando lo que es México como estado-nación al día de hoy, pero al instituir la Nueva España, estableció las bases sociales, culturales legales y políticas para iniciar una nueva realidad para una nueva comunidad, que daría con el paso del tiempo, un nuevo país, que lleva en la sangre y en la forma de ser del mexicano, mucho de las raíces de nuestros pueblos originarios y de la parte hispana, también.

Al igual que Julio César, el Marqués del Valle de Oaxaca escribió un relato detallado de cómo logró vencer finalmente a los guerreros aztecas en diferentes batallas, que se libraron en distintos puntos, antes de sitiar el islote en donde estaba asentada la gran Tenochtitlán. Por un lado, hay una narrativa que nos habla del estratega militar, del líder que encabeza en el frente de batalla, las hostilidades que se presentaban todos los días. Hay que destacar que Cortés reconoce la valentía y organización militar de los ejércitos aztecas, no obstante, al final pudo más la tecnología, la viruela, la animadversión en contra del imperio Mexica, su habilidad para tejer alianzas y la suerte con que contó en la batalla final, para que sus barcos de guerra tuvieran incluso vientos a favor.

También se aprecia un dejo de autopromoción y propaganda, al narrar que en cada encuentro morían muchas ánimas del ejército contrario, y de su lado algunos cuantos. Sea lo que fuere, es una de las fuentes históricas más importantes que nos describe desde la visión de los vencedores, cómo fue la conquista y el inicio de un nuevo momento para una nueva sociedad, que hoy se llama México.

En un lapso de 75 días, con cerca de 75 mil guerreros de pueblos originarios, 500 soldados españoles, 80 caballos y 13 bergantines, se eclipsó el imperio del quinto sol, que apenas cumplía dos siglos de haber sido fundado, para dar paso a otro momento, con otra sociedad, que mantiene aún vivo el espíritu y dignidad con el que fue defendida la gran Tenochtitlán.

P.S. Una felicitación a todos mis colegas Profesores y en especial, mi eterno agradecimiento a todos mis Maestros que me educaron y formaron en las aulas, tareas y lecturas asignadas, sin dejar de mencionar sus observaciones y regaños cuando así era necesario. Muchas gracias.

Cónsul General de México en Nueva York. 
@Jorge_IslasLo 


 

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