Suena paradójico que uno de los deportes más veloces del mundo haya reaccionado de manera lenta y torpe ante la emergencia de salud por coronavirus que se vive no solamente en el deporte mundial, sino todo el planeta.

Y es que mientras las ligas deportivas más importantes del mundo ya habían suspendido sus actividades por la alerta de esta pandemia global, los directivos de la máxima categoría no atinaban a reaccionar de una buena vez.

Lo único que habían hecho hasta la semana previa a lo que sería el Gran Premio de Australia , que en estos momentos estaría ocurriendo, fue la cancelación del Gran Premio de China, país en donde detonó la enfermedad.

Mientras tanto, categorías como la Fórmula E, MotoGP, WEC e Indy ya habían suspendido actividades hasta nuevo aviso, no se diga ligas de futbol, beisbol, tenis, basquetbol, hockey, en donde primero se reaccionó con encuentros a puerta cerrada que rápidamente avanzaron al paro indefinido o por o por lo menos durante marzo y abril.

Tuvo que llegar toda la caravana del Gran Circo hasta Melbourne, que varios miembros de escuderías y prensa se realizaran pruebas, y en donde el equipo McLaren resultara con uno de sus integrantes positivo al virus, con la subsecuente declaración de que se apartaban del GP de Australia, para que la F1 se viera forzada a reaccionar.

También llegaron las duras palabras del multicampeón Lewis Hamilton , quien no daba crédito a que se corriera con la prevaleciente situación de la pandemia, criticando a Liberty Media de privilegiar el dinero sobre la integridad de los equipos.

Además, la próxima parada era Bahrein, país con restricción de entrada a ciudadanos españoles, por lo que el piloto de McLaren, Carlos Sáinz, no podría participar. Así que vino el comunicado oficial de la escudería inglesa anunciando su retiro de Australia y pasaron las horas y la F1 seguía callada.

No fue sino hasta poco menos de tres horas antes de lo que sería la primera práctica del año, que la máxima categoría por fin se pronunció, dando por cancelados los GP de Australia , Bahrein y Vietnam, esperando iniciar la temporada hasta finales de mayo, con el consabido bla bla bla de trabajar por la seguridad de la parrilla.

Si hay un deporte en el mundo que necesita de una logística complicada, esa es la F1. ¿Quién va a pagar los platos rotos de movilizar al Gran Circo hasta Australia, cuando había altas probabilidades de no correr? Cierto es que el impacto económico del coronavirus es descomunal en el mundo del deporte, pero el viaje a Melbourne pudo ser cancelado con antelación. Claramente alguien no hizo su trabajo y habrá tornillos que apretar. Muchas lecciones, a la mala, para Liberty Media.

@jgarciacontacto

Google News

TEMAS RELACIONADOS