La historia de la no sólo se ha escrito de la mano de sus grandes protagonistas: pilotos y jefes de equipo, además de ingenieros, mecánicos o aerodinamicistas. Sin embargo, cuando dos fuerzas de la naturaleza como Red Bull y Mercedes chocan y generan un maremoto alrededor, el organismo rector de la máxima categoría, la FIA, sale a relucir, aunque no siempre para bien.

La Federación Internacional del Automóvil es una organización de carácter mundial que rige las principales competiciones de automovilismo del mundo; es decir, es el árbitro de la Fórmula E, el WRC, el WTCR, el WEC, el KWC, el WRCC, la Copa Mundial de Bajas Cross-Country, el WRX y el GT World Challenge Europe, además de la Fórmula 1. Ante ésta, es Michael Masi, quien como Jefe de Carrera , es la máxima autoridad de la FIA para sancionar en cada Gran Premio, en conjunto con los comisarios designados para cada uno, casi siempre expilotos.

Gracias a la FIA se ha incrementado de manera importante la seguridad del deporte, dando a luz a medidas como el HALO o el HANS Device. Sin embargo, como árbitro que es, la polémica la persigue, marcando el rumbo de rivalidades y campeonatos, y 2021 no es la excepción. Por ejemplo, en 1994 sancionó a la leyenda Michael Schumacher por su intencionalidad en un incidente de pista con Jacques Villeneueve , la cual ascendió a los 78 puntos que había sumado para el campeonato de ese año.

Muchos nos hemos quejado por ejemplo, del establecimiento de los estrictos límites de pista, en donde si los pilotos se salen de un trazado establecido se les anulan los tiempos en calificación, o bien en carrera, se les penaliza con puntos o expulsión. Esos rebases de antaño cortando por tierra son imposibles ahora. Sin embargo, cuando en pos de una seguridad excesiva se mata al deporte, el árbitro se convierte en factor, o mejor dicho, en el enemigo a vencer.

Así sucedió en el pasado GP de Brasil, en donde Lewis Hamilton y Max Verstappen atacaron y se salieron juntos de la pista en la curva 48, lo cual fue protestado airadamente por Mercedes, en tanto que hasta Charles Leclerc de Ferrari alzó la voz diciendo que si no se sancionaba al de Red Bull, él cambiaría su forma de pilotar. Las excesivas penalizaciones están tornando la Fórmula 1 en una categoría de cristal, urge dejar correr a los pilotos, con seguridad sí, pero sin matar el espectáculo y la deportividad.

-@jorgedialogante

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