Tanto el piloto mexicano como su equipo parece que han llegado a un momento largamente acariciado por cualquiera que compita en : contar con un auto competitivo que permita alcanzar la cima del podio. Es ahora o nunca para ambos.

Desde la pretemporada Racing Point y sus pilotos Checo y Lance Stroll mostraron tener en el RP20 un auto competitivo que les deje poco a poco salir de la media tabla donde se encuentran con Renault, McLaren y AlphaTauri. Sin embargo ese “poco a poco” es la presente temporada y el ajustado calendario 2020.

En el pasado Gran Premio de Austria, Pérez no bajó del sexto sitio desde las prácticas y clasificación, manteniendo la posición en carrera, acariciando el podio en las últimas vueltas. El ritmo del mexicano dejó ver que el tercer lugar era posible, pero una mala selección de neumáticos y una sanción por exceder la velocidad en los fosos lo marginaron. En las prácticas del Gran Premio de Estiria que será este fin de semana, Checo fue el más rápido en la primera sesión, en tanto que en la segunda se ubicó en tercero, alternando posiciones con el Mercedes de Valteri Bottas y el Red Bull de Max Verstappen.

A Pérez se le ha venido negando lo más alto del podio, el ansiado número uno, a lo largo de sus nueve años en la máxima categoría, alcanzando dos segundos lugares en 2012 con Sauber, así como seis terceros sitios (con Force India, hoy Racing Point), para un total de ocho podios, siendo la última vez en Azerbaiyán en 2018. El mexicano se ha convertido en un piloto regular, que suma puntos importantes que se convierten en dinero para sus equipos, igualmente el de Jalisco atrae patrocinadores desde un importante mercado y hasta el momento no hay quien tome su estafeta en México.

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El mexicano es también un “ave de tempestades”, pues atrae tanto a una gran cantidad de fanáticos como de detractores, los cuales por un lado lo apoyan incondicionalmente, mientras que por otro lo condenan por contar con el apoyo de grandes patrocinios o por su paso en McLaren, donde dicho sea de paso, le tocó llegar en el peor momento en la historia de la escudería inglesa.

Checo Pérez ha probado la champaña del podio, sabe lo que es, pero le falta ese pequeño gran paso que lo ubique en la pléyade de pilotos con victorias en la máxima categoría, y que haga sonar el himno nacional mexicano, tal como lo hizo en dos ocasiones la leyenda Pedro Rodríguez, en Bélgica y Sudáfrica, en 1967 y 1970, respectivamente.

Racing Point y Checo viven su hora cero en él polémico “Mercedes Rosa”, llamado así por su similitud con el auto campeón de 2019, pero el RP20 es más que eso, siendo resultado del trabajo del equipo propiedad de Lawrence Stroll, dirigido por Otmar Szafnauer, capitalizando el poderoso motor alemán que porta. Veremos si cumplen las expectativas que ellos mismos han despertado.

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