Hace apenas unos días vivimos las emociones del Gran Premio de Italia, con una carrera que queda en la historia de la Fórmula Uno como una de las batallas más épicas que se hayan visto entre Ferrari y Mercedes, equipos protagonistas de la máxima categoría, y en donde el novel piloto Charles Leclerc vio su ascenso como el “Príncipe de Monza” , ni más ni menos que en la casa italiana.

Una semana antes, Ferrari había vivido la celebración por su aniversario 90, 59 de los cuales los ha hecho en el Gran Circo. Tanto Charles Leclerc (que venía de ganar el GP de Bélgica) como Sebastian Vettel, recibieron la ovación de los tifosi; al primero lo acogían como su naciente estrella, en tanto que al segundo parecían perdonarle los errores , dándole nuevo aire para terminar su estadía en la casa de Maranello hasta 2021.

Sin embargo, el GP de Italia evidenció la realidad de Ferrari. La escudería tiene dos estrellas, una en ascenso con Leclerc y otra en decadencia con Vettel , quien tiene fallas imperdonables y no suma para el equipo. ¿Cómo rescatarlo cuando aún tiene un año de contrato?

Leclerc, quien el 15 de octubre cumplirá apenas 22 años, se graduó literalmente como piloto de Ferrari. Aprendió la lección del GP de Austria, en donde Max Verstappen le arrebató la victoria. Pecó de limpio y el holandés literalmente lo hizo a un lado para llevarse la carrera. El monegasco digirió la derrota e incluso cometió un error garrafal en el GP de Alemania, en donde se despistó y no terminó la carrera.

Pero Leclerc aprovechó el parón del verano y regresó renovado y fuerte, llevándose primero la victoria en el circuito de Spa-Francorchamps y el domingo, el de Monza, en la mismísima casa de Ferrari, en donde la escudería roja no ganaba desde nueve años (Fernando Alonso, 2010).

Si el equipo italiano necesitaba una victoria que le devolviera la confianza en sí mismo era ésta, en donde si bien las características del circuito favorecen el motor Ferrari, era ganar ahora o nunca, sin dejar ir más victorias que a la vista lucen plausibles.

La victoria de Leclerc puede representar el primer golpe en la relación con Vettel,

cuando en la sesión de clasificación el monegasco se rehusó a anclar al alemán en su rebufo para impulsarlo a tener una mejor posición en la arrancada, situación que causó molestia en el equipo. De hecho, en el fragor de la celebración del GP de Italia, Mattia Binotto, jefe de equipo de Ferrari, le soltó a Leclerc un “te perdonamos”, refiriéndose al incidente.

Leclerc ha tomado su lugar como el piloto número uno del equipo, a fuerza de victorias y actuaciones como la del domingo, en donde aguantó los embates de Lewis Hamilton y Valteri Bottas, de Mercedes, durante 53 vueltas, sacándole hasta lo imposible a su Ferrari.

Vettel,

por su parte, cae en una espiral lamentable, en donde ver a un tetracampeón del mundo haciendo errores como los de Italia, ya es hasta penoso. ¿Qué hacer con él? Ferrari tiene que rescatarlo como sea.

@jgarciacontacto

Google News

TEMAS RELACIONADOS