La reciente renovación del piloto mexicano con para la temporada 2022 parece venir acompañada de una pésima racha para él, acumulando ya tres carreras fuera de los puntos, y en donde además de no ser claramente la prioridad, parece estar lejos de ser la segunda o tercera, al menos en lo que resta de la temporada.

Sergio Pérez

vive una realidad complicada en Red Bull . Lejos parece los días en 2020 donde sumó 18 Grandes Premios consecutivos en el top ten, o el prometedor junio en el equipo austriaco con un par de podios al hilo —una victoria y un tercer lugar—. Lo cierto es que después del desastroso Gran Premio de Inglaterra donde un trompo lo dejó fuera de combate en la sprint race, luego el retiro en Hungría víctima de la carambola generada por Valtteri Bottas, aunado al despiste camino a la parrilla en la “no” carrera en Bélgica, rematando con una pésima calificación ayer en el circuito de Zandvoort de cara al GP de los Países Bajos, el mexicano no ha visto la suya con errores propios.

Quizá aprovechando este momento bajo de Pérez fue que Red Bull aprovechó para renovarlo solo por un año más, cuando Checo empujaba fuerte por hacerlo al menos por dos. Con mejores resultados en pista el de Jalisco habría tenido más argumentos para extender su contrato hasta 2023 y Red Bull pocos para no hacerlo, pero al no tenerlos la extensión les vino bien a ambos. Sin embargo, en todo contrato existen las famosas “letras chiquitas”, esas cláusulas que escondidas entre mares de tinta suelen convertirse en yugos.

Y es que el mexicano, al menos en lo que fue la calificación del GP de los Países Bajos, pareció fuera de las prioridades de Red Bull, siendo la primera que Max Verstappen consiguiera la pole, y segunda, vigilar el calentamiento de los neumáticos de Mercedes para reportárselo a Michael Masi (director de carrera de la F1). Tal parece que el mexicano es el banco de pruebas en carrera y clasificación de Red Bull, donde lo que sí funciona se aplica en Verstappen, y donde Checo tiene que aceptarlo.

Y es que no es la primera vez que Red Bull condena en calificación o en carrera a Pérez, ya sea sacándolo apenas con tiempo suficiente para cronometrar una buena vuelta, o con errores en pits que lo han condicionado. Además, la semana pasada supimos que al no estar confirmado para correr el próximo año, el equipo no le compartía toda la data sobre el auto, y que fue a partir de su renovación es ya se la están dando. Además, el ingeniero de carrera de Pérez está viviendo su año de novato recorriendo su curva de aprendizaje en el puesto, y si bien ya suma una victoria, cada carrera es un escenario nuevo en la que está acumulando kilómetros, y es un plato que Pérez tiene que comerse.

Para muchos aficionados las frases que Checo repite cada fin de semana como “Never give up”, “No tuvimos nuestra mejor calificación, pero mañana lo daremos todo”, o “La próxima carrera regresaremos más fuertes”, comienzan a ser promesas que no se cumplen, o peor aún, excusas para maquillar fracasos, aunque sea evidente que no es así.

Checo Pérez está pagando con creces su asiento en Red Bull , deberá evaluar bien sus cartas para lo que resta del campeonato y no confiarse respecto de su contrato hacia 2022, pues ya se ha visto que a Red Bull no le importa otra cosa que no sean resultados, aún sin estar dando todas las herramientas necesarias para obtenerlos.

Para el mexicano 2021 es hoy es una cuesta arriba que solo se terminará aportando podios y puntos.

 
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