Parece que fiel a todos los pronósticos, la escudería del Cavallino rampante ha construido en el SF-75 un auto ganador que le permita volver a los primeros planos, en tanto que Red Bull, de la mano de su RB18, está nuevamente listo para contender por el bicampeonato de pilotos para Max Verstappen y el todavía escurridizo título de constructores.

Lo visto en la calificación del nos dejó con un gran sabor de boca por la cerrada competencia entre estos dos equipos, con cuatro pilotos compitiendo por hacerse de la pole position: Charles Leclerc y Carlos Sainz de Ferrari; y Max Verstappen en compañía de Sergio Checo Pérez en Red Bull, todos logrando cronómetros en el minuto con 30 segundos, separados por 36 décimas de segundo.

La pole del monegasco Charles Leclerc no sólo pint a Ferrari la Fórmula 1 (ahora de un quemado tono carmesí diferente al rojo encendido de su ahora expatrocinador Philip Morris que dejó la máxima categoría, poniendo fin a una historia que comenzó en 1972 con el equipo BRM), sino que aviva la rivalidad con Max Verstappen, que es mucho más añeja que la de neerlandés con Lewis Hamilton, y que tuvo su clímax la temporada pasada.

Max y Charles

nacieron el mismo año, 1997, con 17 días de diferencia, y son sin duda parte de la nueva sangre que ya rige la máxima categoría (junto con Albon, Ocon, Gasly y Rusell, entre otros), confirmada por el titulo que Verstappen se apresta a defender. Ambos corren desde niños y como confesó en su momento Leclerc, no se podían ver ni en pintura en sus años de karting y GP3, donde resultaron campeón y subcampeón de cada categoría batiéndose mutuamente en una ocasión.

Tanto Verstappen como Leclerc son tremendamente rápidos y letales pera rebasar, aunque el de Ferrari suele cometer errores que le han costado carreras y calificaciones; Max, por su parte, se ha vuelto frío y certero, con el título bajo el brazo ha ganado no solo confianza, sino madurez que le pueden ser fundamentales.

Por otro lado, Carlos Sainz sabe que puede ser tan rápido como Leclerc, en sus declaraciones posteriores a la calificación en el circuito de Sakhir se le vio decepcionado, el español sabía que podía haber conseguido la pole. Además, su contrato lo acecha Mick Schumacher, que va ganando kilómetros y experiencia en Hass, equipo que con el nuevo motor Ferrari parece que tendrá un buen año.

Checo

calificó en cuarto lugar y también trae la presión de una posible renovación multianual en Red Bull , lo cual dependerá de su desempeño en la primera mitad del campeonato. El de Jalisco deberá cumplir una doble tarea: poder superar a su compañero de equipo (que sigue siendo priorizado en las mejoras al coche —es el campeón del mundo—), lograr podios de manera consistente que impulsen a su equipo hacia el título de constructores. Todo será puesto en la balanza.

La arrancada del primer Gran Premio del año será espectacular con los duelos rueda a rueda entre estos dos equipos, con un Lewis Hamilton de Mercedes que desde la tercera línea de la parrilla se niega a ser sólo un espectador. El campeonato promete, esperamos que cumpla las elevadas expectativas que ha despertado con lo que parece ser la resurrección de Ferrari.

@jorgedialogante

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