El británico vive una de las etapas de más marcado dominio para un piloto y una escudería en toda la historia de la máxima categoría. Sin embargo, no sería nada raro para el temperamento del volante británico poner punto final a su carrera en la F1, diciendo adiós justo en el momento más alto de su carrera.

La biografía del piloto proveniente de una familia de clase trabajadora ha sido del esfuerzo, así como la buena fortuna, de la mano de una velocidad nata y talento puro, el cual fue detectado por el mítico directivo de McLaren, Ron Dennis, quien lo hizo debutar en la F1 consiguiendo su primer campeonato tan sólo en su segundo año en el Gran Circo.

De la mano de Niki Lauda, Hamilton llegó a Mercedes no sólo para convertirse en el mejor piloto de su generación, sino para reescribir todos los libros y récords de la F1, rompiendo marcas que en manos de Michael Schumacher se veían insuperables por varias décadas. Lewis hoy lo tiene todo: manejo, velocidad, estrategia, temple, lo cual bajo la guía de Toto Wolff se ha convertido en oro molido, para ser una trilogía dominante entre piloto-director de equipo-escudería, en la era híbrida de la F1.

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Conocer de manera acertada y anticipada al ganador de cada fin de semana no le hace bien a la Fórmula 1, tal como en su momento pasó con Schumacher, pero eso no es culpa de Hamilton ni de Mercedes. Es de hecho una constante en la máxima categoría —o prácticamente en el deporte— que quien logra la perfección lo consigue por varios años. Pasó en su tiempo con Ferrari, Williams o McLaren, equipos que encuentran una combinación ganadora que los hace invencibles; sin embargo, el caso de Mercedes es excepcional.

De acuerdo con las declaraciones de Hamilton éste no ha tomado una decisión acerca de su futuro en la máxima categoría, pero conociendo a Lewis siempre que se queja o no da certeza sobre algún aspecto es porque va a dar el manotazo en la mesa, como ocurre con sus pole position cada semana. Pero este compás de espera acompañado de las afirmaciones de Toto Wolff han alimentado la idea poco probable, aunque latente, de que el próximo heptacampeón no siga en la máxima categoría y deje sus récords esperando a que alguien lo supere.

¿Es benéfico que Hamilton se marche? Es una pregunta con muchas aristas.

Entramos al último bimestre del año y con ello la Navidad, en la que seguramente a Hamilton le espera un gran regalo debajo del árbol, que pueda ser un jugoso contrato, quizá el último de su carrera, o también sea un gran regalo para la Fórmula 1 el saber que uno de sus grandes campeones haya decidido irse. La respuesta la sabremos en poco.

@jgarciacontacto

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