Existen vueltas de tuerca en la historia de la Fórmula 1 que estuvieron a punto de darse y que pudieron resultar de antología, como el que Ayrton Senna hubiera logrado su primer campeonato con Williams luchando codo a codo contra Michael Schumacher en Benetton; que el mismo Schumacher no se hubiera retirado de Ferrari o que Hamilton lograra su octava corona en 2021 contra Max Verstappen.

Una de esas historias que nos habría encantado ver con otros resultados fue la era del piloto asturiano Fernando Alonso en McLaren de 2015 a 2017, en donde el proveedor de motores fue la japonesa Honda. El fabricante nipón regresaba a la máxima categoría de la mano del mismo equipo con el que 23 años atrás escribió páginas gloriosas con pilotos como Senna, Alain Prost o el austriaco Gerhard Berger.

La fórmula ganadora McLaren-Honda prometía ser competitiva y para eso contaban con un piloto ganador bicampeón del mundo, el español Fernando Alonso, de manera que todo estaba sobre la mesa, listo para conquistar de nuevo la máxima categoría. Pero el resultado fue abrumadoramente desastroso: Alonso corrió 57 carreras, de las cuales 23 terminaron en abandonos, con sendos accidentes en Barcelona y Melbourne que en otros tiempos habrían sido fatales. Quizá con razón, pero poco diplomático, Alonso se expresó terriblemente mal del motor Honda, que a la postre fue el de menor fiabilidad y potencia en 2017: “Parece un motor de GP2”, dijo el asturiano.

El fracaso precipitó el fin de la relación entre las marcas, de manera que McLaren recibió el motor Renault y el entonces equipo Toro Rosso (hoy Visa Cash App RBR), el Honda. Anidado bajo Red Bull, el motor japonés evolucionó de tal manera que hoy, seis años después, es la potencia campeona del mundo, con tres gallardetes de constructores al hilo desde 2021, y si todo marcha como hasta ahora sumará un cuarto más a sus vitrinas en Minato, Japón.

Honda ha demostrado que es capaz de ser campeón del mundo de nuevo (aunque hay que decir que desde 2023 la escudería austriaca gestiona completamente bajo su empresa Red Bull Powertrains la fabricación del motor provisto de la unidad de potencia japonesa), en tanto que Alonso ha evidenciado el potencial ganador en Aston Martin, dándole ocho podios la temporada 2023, esperando pacientemente por su ansiada victoria número 33 en Fórmula 1.

Veremos entonces si en 2026, esta segunda parte de la historia entre Honda y el piloto español Fernando Alonso puede tener tener final feliz; el potencial ahí está, pero también rivales como nunca: Red Bull-Ford y Hamilton-Ferrari, por lo menos.

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