Red Bull presentó el RB 20, su nuevo coche para la temporada 2024, con una misión clara: defender sus títulos. Sin embargo, su genio, el diseñador inglés Adrian Newey, parece ir más allá esta vez, ya que no sólo evoluciona sus propios conceptos, sino que retoma varias ideas “fallidas” de Mercedes.

La pasarela de lanzamientos de los equipos de Fórmula 1 concluyó el viernes, con la develación del bólido de la escudería campeona, el llamado RB 20, que celebra el vigésimo aniversario de la llegada de Red Bull a la máxima categoría. La expectativa era muy alta, dado el prestigio de Newey, el diseñador de coches más ganador del Gran Circo.

Red Bull lo describe así en su web: “El tiempo pasa, pero la rutina no ha cambiado. Durante un Gran Premio, Adrian Newey observa, armado con un cuaderno de notas. Estudia el esqueleto de los monoplazas, se informa, busca el fallo. A veces, cuando le llega la inspiración, da unos cuantos trazos de lápiz. En un entorno dominado por los datos y los simuladores, el ingeniero británico es un extraterrestre. Un ‘artista’ perdido en un mundo complejo y digitalizado, en el que cada pieza, cada tornillo, tiene importancia. La tarea de digitalizar sus bocetos recae en sus ayudantes. Esta metodología, considerada excéntrica por algunos o destinada a alimentar el mito para otros, le ha impulsado, en cualquier caso, a la cima del automovilismo durante 30 años. Primero para Williams, luego para McLaren y Red Bull Racing. Retrato de un hombre en la sombra, tan cortejado como los mejores pilotos”.

Mientras el resto de la parrilla mostró sus conceptos para la temporada 2024, retomando los del RB19 (el auto campeón del mundo), diseño que prácticamente heredó a su equipo filial, el Visa Cash App RB, Newey no sólo ha llevado al límite y hasta roto sus propios diseños, retomando sorpresivamente cosas del fracasado W13 de Mercedes, un auto que apostó a no tener pontones (tomas de aire laterales); un diseño parecido al de un misil o cohete, el cual nunca despegó y a su diseñador (Mike Elliott) le costó el puesto en el equipo alemán.

Newey parece hacerlo con ironía y hasta para desafiarse a sí mismo, mostrando la dirección en que un diseño temerario —como el de Elliot— sí puede funcionar. Para poner a temblar al resto de los diseñadores, el inglés afirma que su coche se portó en sus primeras pruebas en Inglaterra conforme a lo esperado, pero dejando espacio.

“Después de la primera prueba en Silverstone, teníamos una idea aproximada de lo que estábamos haciendo, por lo que podemos decir que el auto se comportó en línea con las expectativas, pero eso no garantiza nada”, dijo.

Estamos a una semana de las pruebas de los equipos en el circuito de Bahrein, donde el RB 20 se mediría por primera vez a sus adversarios. Veremos si Adrian Newey ha creado otro monstruo invencible.

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