"Los que pueden hacerte creer lo absurdo, pueden hacerte cometer atrocidades".
Voltaire

 

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La realidad de estos tiempos que implican el uso intensivo de tecnologías y una velocidad vertiginosa en el intercambio de información nos están enfrentando a nuevos y complejos retos.

 

El papel de las compañías más grandes en el mundo, como Facebook, Twitter y Google se ha vuelto tan relevante que se han convertido en la mayor máquina de propaganda de la historia, pero no necesariamente en un sentido positivo, sino todo lo contrario.

En internet, todo puede parecer verídico. Los afirmaciones de un loco parecen tan creíbles como los hallazgos de un ganador del Premio Nobel. Y como consecuencia de esto se da una gran difusión de mentiras y discursos de odio en línea.

Es un hecho que los argumentos sólidos, el conocimiento científico y la razón están siendo deslegitimadas por las mentiras compartidas que se han convertido en verdades incuestionables.

Los algoritmos que utilizan estas plataformas amplifican el tipo de contenido que mantiene a los usuarios sumergidos, contenidos que apelan a nuestros instintos y sentimientos más negativos y que provocan indignación y miedo.

Es por esta razón que las noticias falsas superan a las noticias reales, porque los estudios muestran que las mentiras se propagan más rápido que la verdad.

Lo más peligroso de este fenómeno, que ya es una realidad, es que se vuelve más fácil para los grupos que promueven el odio reclutar personas que estén dispuestos a manifestarlo, más fácil para las agencias de inteligencia interferir en nuestras decisiones, y más fácil para un país como México destruir la reputación de grandes personas.

Lamentablemente, siempre habrá racistas, misóginos y abusadores de niños. Pero creo que todos estamos de acuerdo en que no deberíamos proporcionarles una plataforma gratuita para difundir sus puntos de vista y seleccionar a sus víctimas.

Las redes sociales son las editoriales más grandes en la actualidad, y deberían cumplir con los mismos estándares y regulaciones que cualquier otra industria, incluso los mismos medios de comunicación tradicionales. Solo queremos que sean responsables en sus plataformas.

Zuckerberg dijo que uno de sus principales objetivos es "mantener una definición lo más amplia posible de libertad de expresión". Sin embargo, nuestras libertades no son solo un fin en sí mismas, también son el medio para otro fin. Existe la verdad objetiva.

“Si priorizamos la verdad sobre las mentiras, la tolerancia sobre los prejuicios, la empatía sobre la indiferencia y los expertos sobre los ignorantes, entonces tal vez, podamos detener la máquina de propaganda más grande de la historia” coincido y concluyo con Sacha Baron Cohen.

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