El gobierno de Guanajuato, sabiendo de sobra las demandas de la sociedad en materia de seguridad, además siendo sensible a ellas logró por fin la detención de José Antonio Yépez, alias “El Marro”. Uno de los delincuentes más buscados en la entidad y dedicado al robo de ductos petroleros, secuestros y muchos otros delitos.

Es cierto, sí, el gobernador no actuó solo, y para ello contó con la colaboración del Ejército Mexicano, ante una demanda que ya era reiterada y de tiempo atrás. Sin embargo, estas acciones se llevaron a cabo gracias al trabajo previo que encabeza el mandatario estatal, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, quien durante año y medio siguió de cerca sus movimientos.

Lo tuvo en la mira debilitando sus recursos y cercando a sus más estrechos colaboradores. La culminación de esto fue el llamado operativo “Golpe de Timón”, que ha sido puesto en marcha desde hace más de un año para frenar la violencia que tiene en vilo al estado debido a la confrontación por plazas. Tanto el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como el de Santa Rosa de Lima viven a diario una constante lucha que tiene como resultado la incertidumbre que se respira en los municipios.

Lo que es de destacar es que el gobierno del estado ha dado muestras de justamente de colaboración en contra de los delitos del orden federal que se cometen y han cometido en el estado.

La administración local nunca ha rehuido de sus responsabilidades y su titular, Diego Sinuhe, lo ha manifestado en múltiples ocasiones. Con el gobierno federal ha mostrado su disposición a la colaboración total para los delitos de fuero federal; para los delitos del fuero común.

La detención de este delincuente, no solo debe reconocerse como un éxito rotundo del gobierno de Guanajuato, sino como un aliciente a continuar enfrentando un flagelo que azota, no solo a ese estado, sino a varios más que sufren a diario, homicidios, secuestros y desapariciones.

Para recuperar la paz social en la entidad y en todo el país es necesario que se trabaje de manera coordinada.

No resulta nada acertado ver un día después de la detención de “El Marro” al presidente López Obrador atribuyéndose todo el crédito. Sus dichos, al igual que las acciones que hemos visto, y que han resultado fallidas, como la captura del hijo de “El Chapo” que fue detenido en Culiacán y posteriormente liberado, son señales claras de que no existe una estrategia definida en materia de seguridad pública.

Acusar que Guanajuato es uno de los estados más violentos de la República, no sólo es impreciso, sino que lleva en sí una carga de querer desprestigiar los esfuerzos que lleva a cabo el gobierno local.

Ante el crudo panorama que se está viviendo en el país, tratar de desvirtuar los esfuerzos del gobierno local en uno de los golpes más certeros al crimen organizado, no sólo es mezquino, sino que se vuelve a la larga un lastre con el que deba cargar el gobierno federal.

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