El pasado 11 de agosto se celebraron elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias en Argentina, las llamadas PASO. Este tipo de elecciones se celebran en ese país desde 2009 y tienen dos propósitos: determinar qué partidos políticos participan en las elecciones generales (los que obtienen al menos el 1.5% de los votos válidamente emitidos en la circunscripción correspondiente) y definir la lista de candidaturas que estará en la boleta en octubre. En una misma jornada electoral, los precandidatos de todos los partidos políticos compiten por su postulación y se presentan a las primarias, aún aquellos precandidatos únicos. El voto obligatorio establecido para las elecciones generales también lo es para las primarias. Si el ciudadano no vota en las PASO, ingresa a un registro de infractores y se le aplica una multa, salvo que justifique su inasistencia ante la justicia nacional electoral. Todos los ciudadanos están obligados a participar en la selección de candidatos, estén o no afiliados en algún partido político y pueden votar por diversas agrupaciones políticas siempre que sea para distintos cargos. El régimen electoral argentino es singular y ajeno para los mexicanos, pues aquí las precampañas abiertas son casi inexistentes, el voto no es obligatorio y no está prevista la segunda vuelta.

La atención en las PASO se centró en la fórmula presidencial y la gubernatura de la provincia de Buenos Aires por su peso electoral. En ambos casos, la lista de la agrupación política del presidente Mauricio Macri, Juntos por el Cambio, se presentó para defender sus triunfos en las pasadas elecciones. Los resultados fueron un balde de agua fría para el gobierno en turno. La fórmula presidencial del Frente para Todos, encabezada por los Fernández: Alberto y Cristina, ganó la primaria con el 47.6% de los votos frente al 32% de Macri. La jugada política de la exmandataria resultó exitosa: relegó su candidatura a la vicepresidencia y dejo que un colaborador del exmandatario Néstor Kirchner, aglutinador del peronismo provincial, le sumara votos encabezando la fórmula presidencial. Macri únicamente ganó la Jefatura de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Córdoba. En la provincia de Buenos Aires, la candidata de la agrupación del presidente, María Eugenia Vidal, perdió frente a Axel Kicillof, exministro de economía de Cristina, por una diferencia más amplia, 16.7% de los votos.

El margen de victoria en ambas elecciones coloca como favoritos a los candidatos del Frente de Todos. En la proyección de las bancas del Congreso argentino, los peronistas podrían inclusive alcanzar la mayoría absoluta en ambas cámaras. Es importante recordar que las elecciones generales se celebrarán en octubre y que el sistema electoral argentino prevé la posibilidad de una segunda vuelta para la elección presidencial. Si el candidato más votado no obtiene al menos el 45% de los votos o más del 40% con una diferencia de diez puntos porcentuales con el segundo lugar, se debe realizar una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados. Si los resultados de las primarias no cambian, Alberto y Cristina Fernández serán la fórmula presidencial ganadora sin segunda vuelta. Por ello la importancia de las PASO, que se convierten en una suerte de primera vuelta anticipada porque todos los ciudadanos están obligados a participar simultáneamente para definir las candidaturas, sin importar su afiliación política. El presidente Macri tiene el reto de reconducir su discurso y sumar adherentes a su causa para forzar una segunda vuelta que reagrupe a los opositores al regreso del régimen kirchnerista.

La victoria del peronismo provocó un lunes negro para los mercados argentinos. Al día siguiente de las PASO, la bolsa de Buenos Aires cayó un 37%, el peso se depreció hasta un 32% frente al dólar y en Wall Street se desplomaron las acciones de la petrolera YPF y la filial argentina de BBVA. Los mercados leyeron los resultados de las PASO como la probabilidad del regreso al inclumplimiento del pago de la deuda y el fin de los ajustes económicos iniciados por Macri. La continuidad del mandato del presidente y de su agrupación política tiene pocas esperanzas. Los argentinos decidieron volver a la política K, al menos en esta contienda por la definición de las candidaturas.



Especialista en asuntos electorales

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