Después de cien años, San Luis Potosí ha acogido una reunión entre el gabinete en pleno del gobierno federal y los integrantes de la CONAGO de todos los Estados de la República. La reunión exhibe la voluntad de los actores políticos para enfrentar la crisis sanitaria, económica y social. Hubo una reunión previa a la llegada del Presidente de México, entre el gabinete federal y la CONAGO. La reunión en sí misma es una buena noticia para los mexicanos. Muestra la voluntad de trabajar en la misma dirección. Olga Sánchez Cordero había avisado que “la 4T es un proyecto donde todas y todos son escuchados, que consolida un federalismo cooperativo y corresponsable entre los 3 órdenes de gobierno”. Desde luego, la coyuntura exige el compromiso de los tres órdenes de gobierno como representantes de la sociedad, porque el compromiso para salir de estas circunstancias es de la sociedad. La publicación de los videos, que implican directamente al Gobernador de Querétaro, enrarece el encuentro y desmiente algo las palabras de la Secretaria de Gobernación. Pero la voluntad de colaborar parece que se impone. Sin duda, como indicó el Gobernador de San Luis Potosí, Juan Manuel Carreras, la reunión fortalecerá el pacto federal que cohesiona la colaboración entre el gobierno federal y las entidades federativas. La crisis actual por fin podrá enfrentarse con unas directrices claras y compartidas, en lugar de que cada quien vaya por su lado. Durante estos meses se echaba en falta unidad de criterio y de acción, en donde los intereses de cada uno marcaban las medidas y las políticas. La construcción de acuerdos es inaplazable porque son los que transmiten confianza y seguridad a los ciudadanos.

Es previsible que el encuentro se resuma en las palabras acostumbradas de unidad, cooperación y entendimiento. Pero al margen del rito habitual, el gesto en sí mismo es significativo. En tres días López Obrador ha conseguido cuestionar seriamente a posibles adversarios políticos y tener en un puño a los gobernadores, únicos actores con capacidad para discrepar respecto de las políticas federales. En este contexto, no es descartable que los videos filtrados hayan servido para preparar el encuentro de manera favorable para los intereses del Presidente. Más importante es que parece que Andrés Manuel tiene en un puño al país. Ahora mismo, lo de menos, aunque sea lo demás, es si los videos responden realmente a un acto de corrupción, si se conoce a los destinatarios, si lo que sugieren es verdad. La verdad es lo que importa menos excepto para los señalados. Para el Ejecutivo y el Judicial el fin justifica los medios, de lo que resulta el certificado de defunción del Estado de Derecho. Todas estas preguntas en algún momento deberán responderse. Por el momento las imágenes ya han conseguido su propósito: el poder de López Obrador es incuestionable y quienes podrían incomodarlo despiertan recelos en los ciudadanos.

La reunión de gobernadores y gabinete federal arroja luces y sombras. Entre las primeras, la voluntad de colaborar entre todos para superar la crisis de todo tipo que padece el país. Entre las segundas, la amenaza de posibles pruebas que la fiscalía está dispuesta a retorcer en contra de los independientes o de quien resulte responsable.

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