En México, la conversión de votos en escaños no es automática. La asignación de curules en la Cámara de Diputados no es un espejo de la distribución de votos y tiende a sobrerrepresentar al partido mayoritario. Esta mañana, por ejemplo, Javier Márquez ha dado a conocer en Oraculus.mx la proyección sobre la composición de la Cámara de Diputados. En el modelo de agregación de encuestas (poll of polls) la preferencia por Morena es del 42%, seguido muy de lejos por el PAN (17%) y el PRI (16%). La proyección de curules, sin embargo, le da a Morena 239 de los 500 diputados (48%), mientras que Acción Nacional obtiene 77 curules (15%) y el PRI 57 (11%). Por su parte, el PT y PVEM , con 12% de los votos, obtienen 17% de la Cámara. En cambio, Movimiento Ciudadano , con 4% de la intención de voto, alcanza solo 10 curules, es decir, el 2 por ciento de los diputados.

La brecha entre votos y escaños tiene su origen en un sistema electoral mixto , en el que coexisten 300 distritos de mayoría con 200 diputados de representación proporcional . Los distritos de mayoría se caracterizan por la regla de que “el ganador se lleva todo”, por lo que el partido más grande tiende a ganar un porcentaje de distritos mayor a su porcentaje de votos. En 1994, por ejemplo, el PRI obtuvo 49% de los votos, pero ganó el 91% de los distritos de mayoría (273 de 300). Más recientemente, en 2015, el PRI con 29% de los votos obtuvo 52% de los escaños uninominales (155 de 300, las cifras pueden consultarse en Oraculus.mx).

Los 200 diputados de representación proporcional buscan mitigar la sobrerrepresentación del partido más grande. No lo logran porque, como señala la Constitución, su reparto se hace de manera contingente y adicional a los triunfos de mayoría. Por ejemplo, en la proyección de Oraculus.mx, el PRI obtiene un porcentaje de curules por debajo de su porcentaje de votos porque solo obtiene 24 triunfos de mayoría (8% de los 300 distritos).

Un sistema electoral como el mexicano premia la dispersión territorial del voto cuando se es el partido mayoritario, pero castiga la dispersión cuando se tiene un porcentaje reducido de votos. Lo que benefició al PRI en muchas elecciones ahora beneficia a Morena . Este partido, sin embargo, se encuentra hoy en un rango de votos donde un cambio menor en la intención de voto se traduce en un cambio de mayor envergadura en la integración de la Cámara. Por ejemplo, la proyección de Javier Márquez presentada en este diario hace unas semanas le daba a Morena 260 diputados con 45% de los votos. Hoy tiene una preferencia electoral de 42%, pero sus escaños proyectados disminuyeron a 239, es decir, un cambio de 3 puntos en la intención de voto redujo 4 puntos su porcentaje de diputados y, de paso, le hizo perder la mayoría absoluta.

Esta volatilidad en la composición de la Cámara es previsible dada la existencia de distritos competidos que cambian de manos cuando se dan pequeños cambios en la intención de voto a nivel nacional. Es algo que debemos esperar ocurra en las próximas semanas.

Twitter: @jblaredo

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