El mes de abril de 2022 con un 7.68% a tasa anual cierra el periodo de 12 meses de mayor inflación de los últimos 20 años y no obstante el lanzamiento del plan antiinflacionario que anunció el Presidente de la mano del sector empresarial se prevé que la inflación bajará, pero a paso lento y la recuperación del poder adquisitivo de las familias igualmente tomará años.

Mientras nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, reporta una tasa anual de inflación del 8.3% al mismo mes de abril de 2022 y el diferencial de tasas de interés del Banco de México y la FED de los EUA está en sus niveles más altos históricos y aunque mantiene el tipo de cambio estable inhibe la inversión de riesgo que genera empleos por emprendimientos.

Si a esto sumamos un Gobierno que ha desviado una buena parte del presupuesto federal hacia gastos de asistencia en programas sociales y no en gasto público en infraestructura y obras, tenemos un entorno donde el crecimiento del país se ve mermado aún más de lo que ya estaba y un potencial problema recesivo en el panorama.

En este entorno el Gobierno de la 4T está haciendo todos los esfuerzos por jalar dinero de donde se pueda para alimentar sus proyectos insignia, como la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya , además de los cubrir el hoyo financiero que representa el subsidio a las gasolinas para que no suban ante la opinión pública, pero con un costo país enorme.

De ahí que vemos la intensa campaña de recaudación fiscal y el apretón de cobros en todos los frentes de la banca pública y pactos anti-inflacionarios.

Sin embargo, no se entiende porque no se apoyan otras formas de generar bienestar e inversión para los mexicanos como la promoción de competencia efectiva por medio de la regulación y en cambio se opta por debilitar a los órganos reguladores en sectores estratégicos como son la COFECE (que toca todos los sectores de la economía), el IFT, la CRE, etc., en vez de fortalecerlos.

Se entiende que los quieran controlar y que se alineen a la política pública de la 4T, pero hay de manera a maneras. Cuestión de saber cómo hacerlo.

Me explico, una forma de generar empleo, inversión y baja de precios es poner a competir a los privados de manera mucho más efectiva a través de políticas públicas, regulación y sanciones.

Esta responsabilidad la tienen delegada estos órganos autónomos constitucionales u organismos descentralizados, pero se manejan a través de plenos que son rotativos que con la estrategia correcta se pueden alinear a las políticas públicas del actual gobierno y al mismo tiempo fortalecerlos para que se obligue a las grandes empresas a competir de manera mucho más eficiente.

Está demostrado que crear esas condiciones de competencia en el mercado genera mucho mejores resultados y beneficios para los consumidores, que somos todos, traducida en baja de precios, incremento en la calidad de los bienes y servicios y sobre todo inversión que genera empleos y reactivación económica. Todo ello con dinero privado y no público.

Ya se nos fueron tres años de dimes y diretes en estos temas. Por favor que alguien le diga al Presidente que se puede lograr lo uno y lo otro.

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