Ya sucedió. Nació una iniciativa política capaz de aglutinar a los diversos movimientos de oposición a AMLO, Morena y la 4T. Se trata de una propuesta democrática, surgida de la sociedad civil, de la propia ciudadanía. Sus tiempos y plazos parecen adecuados para conglomerar a la oposición hacia las elecciones de 2021. Plantea un concepto sencillo e incluyente, que puede dar acomodo a todos: Sí por México.

El parto es oportuno, pues la efervescencia social y política no permite esperar más por otra iniciativa de igual potencia. Ahora habrá que ver si sus liderazgos iniciales tienen la capacidad y actitud para conducir el movimiento en buen curso, y si la “sociedad en la oposición” lo recibe con suficiente ánimo y fuerza. El tiempo lo dirá.

Un factor determinante para el desenlace de esa iniciativa será la reacción de los partidos políticos de oposición. Acercamientos y escarceos ha habido. Aparentemente falta pasar a compromisos y acuerdos. La posición monopólica de los partidos para el acceso a posiciones políticas les da una ventaja inicial, pero no más. No pueden enquistarse o esconderse, pues el juicio ciudadano será implacable. En todo caso, lanzada la iniciativa, tienen corresponsabilidad para llegar a entendimientos concretos y operativos.

Se entiende y acepta que los compromisos programáticos constituyen un mínimo común denominador, producto de una búsqueda pragmática de un acuerdo de arranque: democracia plena; combate a la pobreza y desigualdad; seguridad para todos; salud universal; acceso a la justicia; educación de calidad; combate a la corrupción; equidad de género; crecimiento económico; calidad del medio ambiente. Pocos podrán no coincidir con estas aspiraciones en conjunto, mezcla de anhelos y propuestas. Sí por México plantea el “qué”, habrá que definir el “cómo”, quizá hasta después de las elecciones del año próximo. ¿Qué sigue? Su elaboración gradual. O quizá no, sino sólo preservarlos como elemento de cohesión.

El futuro de “Sí por México” depende críticamente de la reacción de la 4T a su nacimiento y desenvolvimiento. De arranque no habría buenos augurios por la recepción que le dio el Presidente López Obrador en la mañanera. Pero en la realidad política de hoy comienzan a vislumbrarse los efectos y límites de la intolerancia del Presidente y partido en el poder. Sus seguidores siguen siendo muchos, pero cada vez menos. Sus acciones autocráticas se registran y se recuerdan. Hace tiempo que no pasan desapercibidas para nadie. Está en el gobierno enfrentar la coyuntura política en el espacio de la democracia o en el sendero de la condena histórica. Ya se verá. Sí por México, arteramente calificada como Frena 2, ha marcado hitos: 20 de octubre concentración y 8 de noviembre Convención Nacional Ciudadana. Todo el país estará atento a su acontecer.

Presidente de GEA Grupo de Economistas y Asociados / StructurA

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