Francia fue el teatro, hace cuatro semanas, de una miniserie digna de Netflix, que estuvo a punto, brevemente, de competir con la película (de Netflix) Los dos Papas, del director Fernando Meirelles, con Anthony Hopkins y Jonathan Pryce, en los papeles de Benedicto XVI y Francesco. Con una diferencia sustancial: mientras la película, sin borrar las diferencias, acerca a los dos papas, el asunto editorial que voy a narrar puede interpretarse como un intento de enfrentar al Papa emérito con el Papa en funciones.

Todo empezó en el gran diario conservador francés, Le Figaro, con la publicación de una serie de tres artículos, el 13 de enero, anunciando la inminente salida de un libro firmado por Benedicto XVI y un cardenal, en defensa del celibato sacerdotal. ¿Cuál cardenal? Robert Sarah, africano, Prefecto de la Congregación por la divina liturgia y la disciplina sacramental; un hombre respetable conocido y admirado de los católicos tradicionalistas. El periodista pregunta al cardenal: “¿Cómo calificar el hecho que el papa emérito Benedicto XVI firma con usted un libro que es una defensa del celibato sacerdotal, suplicando al papa Francisco de no modificar esa regla en la Iglesia?” El cardenal contesta que lo que el Papa emérito ha escrito en este libro no es una teología parlanchina para cautivar a los medios, sino una lectura contemplativa de las Escrituras”. O sea, Benedicto “ha escrito en este libro”. Más adelante, afirma: “Con Benedicto XVI, no quisimos cerrar los ojos” sobre “puestas en escena teatrales”, “mentiras diabólicas”, “manipulaciones ideológicas. Asistimos en los últimos meses a una instrumentalización de la situación en Amazonia”.

Otra vez, implica al emérito y le atribuye sus ideas; ya enseñó el cobre: el sínodo de la Amazonia y la eventual ordenación de hombres casados, “un fantasma de teólogos occidentales”. “Con el papa Benedicto XVI, no escribimos este libro para dar gusto a la pequeña casta de círculos mundanos y superficiales”. El libro, pues, tiene dos autores, el Papa emérito y el cardenal.

El segundo artículo, intitulado “Celibato sacerdotal: el grito de alarma de Benedicto XVI”, empieza así: “El Papa emérito toma firmemente posición contra la ordenación sacerdotal de hombres casados en un libro co-firmado con el cardenal Sarah”. El periodista afirma que la introducción y la conclusión del libro, Des profondeurs de nos coeurs, “De lo más hondo de nuestros corazones”, han sido escritas en común por el Papa y el cardenal. ¿Ya no todo el libro? El tercer artículo dice que “el alegato de Benedicto XVI a favor del celibato sacerdotal no debe interpretarse como una declaración de guerra con el Papa reinante, sino como una disputa teológica, en la gran tradición de la Iglesia católica”.

Pero, el emérito exigió, al día siguiente, el retiro inmediato de su nombre y de su foto con el cardenal, en la portada del libro publicado por la gran editorial Fayard. Monseñor Gänswein, su secretario particular y, a la vez, prefecto de la casa del papa Francisco, publicó que Benedicto “no había aprobado ningún proyecto para un libro con doble firma, tampoco había visto y autorizado la portada. Se trata de un malentendido, sin poner en duda la buena fe del cardenal Sarah”. Demasiado tarde para que Fayard cambiara la portada, pero la editorial se comprometió, para ediciones ulteriores, a desaparecer el nombre y la foto del emérito en la portada. Introducción y conclusión llevarán la nueva mención: “Redactado por el cardenal Sarah, leído y aprobado por Benedicto XVI”. Dos textos, para nada explosivos, de pura reflexión teológica.

¿Entonces? El cardenal lleva con todo derecho su defensa del celibato sacerdotal, pero alguien (¿los enemigos del papa Francisco?) intentó una “turlupinatura”. Bien puede ser el editor. Sin complot. Publicar un libro sobre el celibato, escrito por un cardenal desconocido, con unos extractos de su correspondencia con Benedicto, no era nada comercial. Anunciar un libro de Benedicto XVI con la colaboración del cardenal, podía ser un golpe maestro. Falló. El best-seller del año en Francia se llama Consentimiento, bajo la firma de Vanessa Springora, que cuenta cómo el escritor Gabriel Matzneff abusó de ella cuando tenía 14 años.




Historiador, autor de El Celibato Sacerdotal

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