El olvido, entendido como dejar de conservar algo en la memoria, también se relaciona con el evocar y el razonar, por tanto, con el juego de ajedrez.
Es tal la cantidad de movimientos y combinaciones que se debe rememorar, que hasta los grandes maestros olvidan temas y principios clave, lo que suele provocar reveses. Las causas pueden ser muchas: dispersión de la atención, cansancio, exceso de confianza, etc.
El emperador Marco Aurelio (121- 180) decía: “Un instante y habrás olvidado todo; otro instante y todos te habrán olvidado”. Sin embargo, el pensador Baltasar Gracián (1601- 1658) dedujo: “Saber olvidar es más dicha que arte”. El ajedrez es arte de pensar. Según el poeta Jorge Luis Borges, “Pensar es olvidar diferencias, generalizar, abstraer”.
Aunque el creacionista Vicente Huidobro preguntó: “La vida es una multiplicación de olvidos. ¿Te acuerdas?” Acaso por eso el escritor Mario Benedetti nos recordó, “El olvido está ahí, no lo olvidemos”.
Las negras no olvidan ocupar columnas, filas y diagonales, suman fuerzas, pasan al ataque y ganan.
1.d4 d5 2.Cf3 Cf6 3.Af4 Af5 4.c4 e6 5.Db3 dxc4 6.Dxb7 Ae4 7.Dxc7 Dxc7 8.Axc7 Ab4+ 9.Cbd2 Cbd7 10.e3 Tc8 11.Ag3 Ad5 12.a3 Aa5 13.Tc1 Re7 14.Rd1 Cb6 15.Ce5 Ca4 16.Tc2 Cxb2+ 17.Txb2 c3 18.Tb4 cxd2 19.f3 Tc1+ 20.Rxd2 Ta1 (Diagrama. Las negras emprenden la ofensiva final) 21.Rc2 Axb4 22.axb4 Tc8+ 23.Rb2 Tcc1, rinden blancas, 0-1.
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