El fiscal Alejandro Gertz fue elegido por el Senado para un periodo que concluye en el 2028. La Fiscalía General de la República (FGR) es de las dependencias federales con mayores retos, más rezagos y la que cada día enfrenta innumerables denuncias, muchas de ellas de alto perfil.

Y hablando de temas mediáticos, las últimas semanas han sido complejas para la FGR: los cuestionamientos de los familiares de los desparecidos de Ayotzinapa, la crítica de la comunidad académica por las investigaciones contra los científicos que formaron parte del Foro Consultivo del Conacyt y el uso del cargo para lo que se percibe como temas personales, como los procesos contra la Universidad de las Américas y la familia de su cuñada, aunque éstos son procedimientos penales que corren por fiscalías locales.

Pero el golpe mediático más fuerte fue el que dejó la imagen de Emilio Lozoya, el confeso corrupto, degustando manjares asiáticos, a pesar de estar bajo proceso penal y de haberse embolsado millones de dólares. De hecho, en las mediciones de percepción que se hacen en redes sociales, la FGR fue la dependencia que más negativos acumuló la semana pasada, con 89%, 2% de neutrales y apenas 9% de positivos. Estas métricas denotan que la mayoría de la opinión pública y de los medios de comunicación, tanto de derecha como de izquierda, le están generando un ambiente negativo.

Cualquiera pensaría que con estos números los días del fiscal están contados, pero se equivocan. El Presidente , en público y en privado, lo respalda y aunque no lo puede remover -al ser una fiscalía autónoma- ese apoyo hace que quienes sí lo pueden hacer, los senadores, ni siquiera lo citen a comparecer.

No sólo es el apoyo del Presidente y de los liderazgos del Senado . La semana pasada, en las mesas interinstitucionales, el fiscal contó con el franco respaldo de los secretarios de Gobernación, Defensa y Marina. El consenso oficial es que la mala percepción de la FGR es culpa de los medios.

Así que, los que anticipan la salida del fiscal pueden sentarse a esperar. En este gobierno, sólo se han ido aquellos a los que el Presidente ha imputado deslealtades, no falta de resultados: Irma Eréndira Sandoval de la SFP, Carlos Urzúa de la SHCP , Julio Scherer de la Consejería Jurídica y Olga Sánchez de Gobernación.

Pero la FGR tiene ahora nuevas oportunidades. La salida del Consejero Scherer le ha quitado ataduras y le da libertad de actuar en temas vinculados con delitos de cuello blanco. Si la FGR genera la percepción de que la impunidad y corrupción de los últimos sexenios llegó a su fin, el fiscal Gertz y su equipo podrán revertir la mala imagen que tienen. En varias de sus áreas tienen procesos abiertos contra gobernadores y legisladores en funciones por enriquecimiento inexplicable, exdirigentes partidistas por robarse las prerrogativas de partidos políticos, exsecretarios de Estado por dilapidar recursos públicos, evasores lavadores de recursos vinculados al poder político y también se comenta que contra un par de expresidentes.

Con que la FGR logre avanzar algunos de los casos que lleva, podrá cambiar su percepción. Solamente tiene que asegurar una mayor coordinación con la SHCP y que sus denuncias estén mejor armadas, pues los jueces federales están siendo escrupulosos en revisar lo que se judicializa. Y es que los recortes administrativos que ha padecido casi todo el sector público han hecho que importantes funcionarios abandonen la institución en busca de mejores prestaciones. Pronto sabremos la ruta que arma el fiscal. Tiene todo para generar una buena narrativa de su dependencia y de su paso por el sector público, pero requiere cambios.

Cambiando de tema:

Peligrosas señales manda el Congreso al, por un lado, legalizar coches ‘chocolate’ y, por el otro, buscar anular contratos energéticos dados legalmente. Así, ¿quién va a invertir en México?

Twitter: @JTejado

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