Alfonso Rangel Guerra es un ilustre mexicano que ha vivido tiempos interesantes, como señala el proverbio chino. Un hombre de ideas y de instituciones, que ha sido servidor público en el área de la educación superior, rector de la Universidad de Nuevo León antes de ser autónoma y secretario General Ejecutivo de la Anuies entre 1965 y 1977, probablemente los años más difíciles que han atravesado las universidades públicas.

Por sus notables méritos, la Anuies le rindió homenaje al poner su nombre al Centro de Innovación y Desarrollo en la sede de la Asociación. Nada más justo que reconocer la labor plena de talento que desarrolló como secretario General Ejecutivo.

Alfonso Rangel Guerra tuvo que enfrentar la escasez de recursos y, al mismo tiempo, la necesidad de mantener el espíritu y la actividad de una Asociación que no debía sucumbir por el agotamiento del subsidio gubernamental. Si alguna vez la Anuies, y con ella las universidades asociadas, fueron indispensables para el país, fue justamente en ese tiempo de confrontación. Miles y miles de estudiantes y maestros, de investigación, académicos y trabajadores cerraron filas en torno a las instituciones que peligraban y que se veían forzadas a dejar de cumplir su misión en favor del país.

Alfonso insistía en resistir hasta el cambio de gobierno, pero no en la inactividad sino mediante el fortalecimiento de las labores. Así, se afianzó la cooperación institucional para optimizar los escasos recursos de las universidades, en particular en las áreas de investigación y estadística, de información y generación de conocimiento. Como resultado, la Anuies hoy posee una gran fortaleza institucional y una creciente capacidad de interlocución. En México es esencial alinear la autonomía y la disponibilidad de recursos, de modo que se mantenga el equilibrio entre la demanda de los jóvenes que optan por unas carreras determinadas y la demanda social de las profesiones que exige el desarrollo. Una ecuación compleja porque se trata de que coincidan ambas demandas, así como ampliar la cobertura con un nivel de calidad acorde con la competitividad del país en un entorno mundial de grandes presiones tecnológicas.

Al doctor Rangel Guerra le tocó institucionalizar a la Anuies. A nosotros nos corresponde ahora consolidar a la educación superior como instrumento privilegiado para lograr el bienestar, mediante la pertinencia de los modelos, la detección y el encauzamiento del talento a los sectores detonantes del desarrollo, el afianzamiento y calidad del posgrado, donde residen la investigación y la innovación. Esto obliga a todas las universidades a promover la excelencia para impulsar el desarrollo. A esta demanda de los mexicanos debemos responder con el espíritu que imprimieron a nuestra Asociación aquellos hombres profundamente lúcidos, como Alfonso Rangel Guerra.

Secretario general ejecutivo de la ANUIES.
jaime.valls@anuies.mx
@jaime valls

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