En pocas elecciones quedará de manifiesto el grado de división que existe en distintos espacios sociales como en la que tendrá lugar en junio próximo en nuestra capital. La Ciudad de México vive una realidad posterior a la elección de 2021: estamos divididos en la simpatía que nos producen los partidos y su oferta electoral.

Por un lado, la visión oficialista, la de Morena. Apoderados de la región oriente de la capital, los perfiles que gobiernan siete alcaldías cuentan con experiencia y trayectoria al interior de partidos políticos, movimientos sociales y posiciones en los gobiernos desde que se eligen autoridades locales por voto popular.

Por el otro, la visión opositora (en lo federal), la del PRI, PAN, PRD. Al mando de nueve alcaldías en la zona poniente y después de la elección intermedia, los gobernantes de esta expresión acordaron integrar un bloque político que confrontara las decisiones del gobierno central. Nombraron un vocero que sería rotativo y se encargaría de comunicar a la Opinión Pública las decisiones tomadas al interior de dicho grupo.

En el polo morenista destacan tres personajes cuyo control territorial, experiencia y gestión social les permitió equilibrar la balanza: Francisco Chíguil, Armando Quintero y Clara Brugada. Únicamente la exedil de Iztapalapa decidió participar en el proceso interno de Morena en búsqueda de la candidatura para la jefatura de gobierno.

Al situar la mirada en el bloque que comenzó bajo el nombre de “UNA”, son dos los alcaldes con visos de intentar contender por la preferencia de los partidos que conforman el Frente Amplio por México: Santiago Taboada y Lía Limón. Con el proceso aún en la indefinición, resta esperar a que comiencen a dominar la conversación del ala opositora.

Taboada, hecho en Benito Juárez y arropado por un grupo político que comanda las decisiones del blanquiazul en la capital y en parte del CEN. Limón, con experiencia como legisladora, funcionaria federal y quien intenta construir una oferta desde la reconstitución de las estancias infantiles.

Ambos polos enfrentan una elección que luce como la más disputada de las recientes dos décadas. Los términos del debate serán marcados por la coyuntura, pues el planteamiento de cada espacio político no tiene desde lo estructural resortes de cambio. Siguen viendo a los electores como consumidores, como un conjunto consistente de preferencias.

Las dos puntas de este mismo lazo asumen que tomamos decisiones basados en la teoría de la utilidad. Y nada más alejado de la realidad toda vez que resulta lejano escuchar, por un lado, que es necesario dar continuidad a la transformación, y por el otro, que se debe salvar a la ciudad de los gobiernos de Morena. En la disputa de lo cotidiano, ambas cosas carecen de un valor de uso.

Por ello las vicisitudes y circunstancias harán volátiles los términos bajo los cuales los partidos decidan buscar la preferencia de la población. Por ejemplo, en mayo de 2021 con la caída de la Línea 12 del Metro la intención de voto cambió, ocasionando que alcaldías con tradición de organización popular y social, como Tlalpan, Álvaro Obregón y Cuauhtémoc recayeran en los aliancistas.

Y es que si bien la población de la capital muestra un comportamiento histórico favorable a las fuerzas progresistas por encima de las personas que encabezan dicha expresión (baste recordar el contundente triunfo de Miguel Mancera en 2012), ya demostró que puede ejercer un voto de castigo y mover por completo el tablero político.

Quedan sobre la mesa dos factores a dirimir en cada una de las instancias políticas. En el caso de Morena veremos si Claudia Sheinbaum toma en consideración la experiencia de 2021 y el desánimo de los morenistas blandos.

Dicha apatía podría tomar la forma del exjefe de la policía, Omar García Harfuch, quien al interior de los simpatizantes (que no voto duro) de la 4T encuentra todo tipo de resistencias. Una decisión a contrapelo del sentir popular puede alejar a los tradicionalmente progresistas y, si bien no transferir el voto, sí desincentivar la participación.

En lo que respecta al FAM, ¿cómo aislar la elección de la capital de la asimetría hoy casi insalvable que priva en lo federal, construir una propuesta desde las demandas y encontrar un perfil robusto y sin procesos judiciales latentes?

Consultor en El Instituto.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS