En un contexto de polarización política, desigualdad social y un creciente cuestionamiento a la ciencia, las universidades son actores fundamentales para construir un diálogo propositivo. La red de Universidades de California (UC), el aliado más fuerte de México en términos de investigación científica, a través de Alianza MX, organización que los representa en México, lanzamos este mes de agosto la iniciativa Embajadores Climáticos. Este programa busca construir una red de estudiantes en México y California y conectarlos con oportunidades profesionales asociadas a la nueva economía y sociedad climáticas.

Pero, ¿por qué es importante esta iniciativa?, ¿por qué la cooperación México-California es fundamental en términos de cambio climático?, ¿por qué debemos estar preocupados por la justicia climática en ambos lados de la frontera?

El cambio climático está aquí: aumento de las temperaturas de la tierra y los mares, lluvias torrenciales, sequías e incendios forestales. Debido a las similitudes geográficas, California y México enfrentan desafíos comunes en cambio climático y justicia social. California se enfrenta a su tercera sequía consecutiva y lucha contra incendios forestales ya constantes, fenómenos que han convertido a muchos en refugiados climáticos. Según el Archivo de Incidentes del Estado de California (2022), se han registrado 2,703 incendios forestales al momento. A lo largo del año, en México se han producido un total de 5,935 incendios forestales.

También México está experimentando calor extremo, inseguridad hídrica, sequía y degradación del suelo, afectando los sistemas agrícolas, lo que significa una población desnutrida, desplazamiento y migración permanentes. Agregando calor tórrido e incendios forestales a la mezcla, el riesgo de cortes de energía aumenta a medida que el clima severo ejerce presión adicional sobre la red eléctrica. En México, la sequía y seguridad alimentaria también son unas de las principales preocupaciones, con posibles reducciones en el rendimiento agrícola entre 5% y 20% en las próximas dos décadas.

No se puede luchar contra el cambio climático sin justicia climática. Dado que están profundamente entrelazados, la mayoría de los problemas sociales están directamente relacionados con las repercusiones del cambio climático y los desafíos climáticos están relacionados con los sistemas sociales. La justicia climática reconoce los impactos desproporcionados del cambio climático en las comunidades de bajos ingresos y las comunidades vulnerables en el mundo, que han contribuido menos a las emisiones de carbono. A nivel mundial, el 16% de la población con mayores ingresos, contribuye con el 40% de las emisiones de carbono. En México, el decil más pobre de la población genera siete veces menos emisiones que el decil con mayores ingresos.

La justicia climática busca soluciones que abordan las causas fundamentales del cambio climático, como los sistemas económicos que provocan desigualdad. Al hacerlo, aborda simultáneamente una amplia gama de injusticias sociales, raciales y ambientales.

La justicia climática implica asegurar, por ejemplo y entre muchas otras cosas, que la transición hacia el uso de energías renovables y otras nuevas tecnologías, como los vehículos eléctricos, no deje a nadie atrás y combata la pobreza energética; que los trabajadores agrícolas y otros grupos vulnerables en las ciudades cuenten con programas, como instalaciones con aire acondicionado y agua, que les permita enfrentar altas temperaturas; que los pequeños agricultores afectados por las sequías tengan acceso a instrumentos financieros que reduzcan los riesgos por pérdidas productivas; que los desastres asociados al cambio climático se reconozcan como tal y ofrezcan a las comunidades más pobres apoyos gubernamentales; que las poblaciones obligadas a emigrar por el cambio climático sean reconocidas como refugiados climáticos.

El campus de la Universidad de California en Merced alberga el Centro para la Justicia Climática con la misión de construir y fortalecer un ecosistema emergente de justicia climática y un movimiento social que resuelva la crisis a través de la ciencia, el pensamiento sistémico y la justicia socio-ecológica. Esto a través de investigaciones innovadoras, educación transformadora y compromiso público. Se visualiza un mundo en el que los sistemas y las economías extractivas se transformen en sistemas regenerativos, equitativos y que respalden el bienestar sostenido de la vida.

Embajadores Climáticos es un programa de Alianza México, en asociación con el Centro para la Justicia Climática y una red de expertos climáticos en California y México, diseñado para apoyar a estudiantes de UC y de universidades mexicanas en el desarrollo de habilidades y conocimientos que les permitan impulsar una agenda de justicia climática con perspectiva binacional. Una coalición de actores diversos de la sociedad civil y del sector privado participa ofreciendo un componente de desarrollo profesional, vinculando a estudiantes de ambos lados de la frontera a la nueva economía y sociedad climáticas.

La lucha por justicia climática es sistémica y se da en varios frentes, pero en México debería ser una prioridad, considerando la desigualdad social y la gran vulnerabilidad de al cambio climático (localizado entre dos océanos, con dos terceras partes de su territorio con estrés hídrico y un tercio, con lluvias intensas). Al crear una red binacional de jóvenes, apoyados por universidades, organizaciones de la sociedad civil, gobiernos y sector privado, aseguraremos que estén preparados y cuenten con los instrumentos para tomar en sus manos el gran reto que hoy enfrenta la humanidad.

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Directora de Alianza MX de la Universidad de California
 

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