En el apasionante mundo del turismo, donde la competencia es más feroz que nunca, las marcas destino se erigen como la clave para destacarse y prosperar en un mercado en constante evolución.

Las marcas destino van mucho más allá de simples logotipos. Son la esencia misma de un lugar, encapsulando sus valores, atractivos y potencial. Son la herramienta que guía la estrategia integral para proyectar una imagen única y cautivadora, capaz de dejar una huella imborrable en la mente de los viajeros.

Sin embargo, la implementación superficial de estas marcas puede llevar a resultados desalentadores. Es crucial entender la diferencia entre logotipos, isotipos e imagotipos, y cómo estos elementos se combinan para crear una identidad de marca coherente y atractiva que destaque en un mar de competidores.

En México, aunque hemos visto casos de éxito, también hemos sido testigos de marcas destino mal concebidas o subutilizadas. Por ello, es fundamental que las autoridades y los actores de la industria turística comprendan la importancia de una gestión de marca adecuada y exijan resultados eficientes. Además, es momento de realizar un análisis exhaustivo de México, nuestra marca país, para fortalecerla, actualizarla y posicionarla en el escenario global, a 20 años de su creación.

El rebranding es otra herramienta poderosa que no debemos pasar por alto. La renovación de una identidad nos permite adaptarnos a un mercado cambiante, rejuvenecer la imagen y diferenciarnos de la competencia. No se trata de cambiar un logo, sino de comunicar nuestra misión de manera más efectiva y llegar adecuadamente a nuestras audiencias.

Un claro ejemplo de este enfoque estratégico es la reciente decisión de la Organización Mundial del Turismo (OMT), de renovar su marca y actualizar su identidad visual. Este cambio refleja su compromiso con la diversidad, la sostenibilidad y la innovación, y lo está llevando a cabo mediante acciones integrales como la actualización de su sitio web y el lanzamiento de nuevas campañas de marketing, fortaleciendo su posición como líder en la industria turística global.

Hablando de países, un ejemplo de éxito sobre el rebranding es Turquía. Un país que refrescó su imagen y creó una identidad que unificó tanto a la marca destino como a la de exportación en una sola marca país que les permitiera demostrar su potencial. Su marca es única, visualmente sencilla, moderna y atractiva, y fue trabajada en conjunto tanto por el gobierno, que invirtió en ella, como por la industria y la sociedad civil. Se centró en sus valores nacionales reflejando su cultura e historia a partir de sus textiles y arte tradicional, en un equilibrio que la hace ver fresca, moderna y no saturada.

A partir de ella, se posicionó y mejoró la imagen de ese país en el extranjero, se incrementó el número de turistas internacionales, se logró atraer más inversiones, así como aumentaron las exportaciones de sus productos logrando cumplir con lo establecido en su estrategia, contar con un diseño efectivo, una comunicación consistente y una colaboración público-privada sólida.

Un tema sobre el rebranding es que debe ser estratégico, y no tiene nada que ver con el uso político de una marca destino, algo que en nuestro país es común. De forma errónea y desatinada, gobiernos entrantes eliminan lo que se hizo en el gobierno inmediato anterior para tratar de marcar su propia huella, sin importar la relevancia en la consolidación de sus marcas destino, crean una nueva identidad que no necesariamente cumple con los requerimientos de este tipo de marcas y eliminan la identidad y recordación de sus entidades. Ejemplos recientes de ello los podemos observar en las marcas Oaxaca y Quintana Roo, cuyos gobernadores Salomón Jara Cruz, Mara Lezama llevaron a cabo esa recurrente mala práctica.

México tiene la oportunidad de aprovechar estas herramientas para destacarse como un destino único a nivel global, atraer inversiones y promover el desarrollo económico. Es hora de que nuestro país retome su inversión en promoción turística y se comprometa a conquistar nuevos mercados y recuperar los que ya tenía. Es necesario, de cara a un nuevo gobierno del país, que exista un compromiso para consolidarlo, pues el potencial lo tenemos, solo falta que lo aprovechemos al máximo.

@iremunoz

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