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En un mundo globalizado donde las ciudades compiten ferozmente por atraer turistas, inversiones y oportunidades, el posicionamiento de una marca destino se ha convertido en un factor crítico para el éxito. Recientemente, el Barómetro de Marcas Ciudad del Mundo, un referente reconocido en esta área, reveló su lista anual de las cien principales marcas destino a nivel mundial. Los resultados para la Ciudad de México (CDMX), han levantado no solo preocupaciones, sino también luces de alarma sobre la ciudad en el escenario internacional.

En 2018, a cuatro años de su creación, la CDMX se encontraba en la posición 19 a nivel mundial, liderando la lista en centro y Sudamérica. Sin embargo, desde entonces, ha experimentado un declive significativo que la ha relegado al puesto 61, cayendo 42 lugares en tan solo cinco años. Este descenso vertiginoso plantea interrogantes inquietantes sobre la dirección que está tomando la ciudad.

La relevancia del Barómetro radica en su capacidad para resaltar los problemas subyacentes que han contribuido a la caída de la CDMX en la lista, y publica que uno de los problemas clave es la falta de comprensión por parte de los gobiernos acerca de la diferencia fundamental entre un logotipo gubernamental y una marca destino. Un ejemplo paradigmático de esto fue el intento de Claudia Sheinbaum, al asumir la Jefatura de Gobierno, de eliminar  la marca para reflejar un cambio de adminsitración. Esta confusión llevó a una polémica que la envolvió en un plagio con el nuevo logotipo institucional, y se vió obligada a mantener la marca, pero la dejó de posicionar.

Ante ello, el estudio destaca como preocupación el uso que hizo el actual gobierno de la marca, reduciéndola a una herramienta política y no como un símbolo genuino, diferenciador y distintivo de la ciudad. La falta de continuidad en la identidad de la marca socava los esfuerzos a largo plazo para posicionar a la ciudad como un destino atractivo y confiable.

Además, el estudió también aborda otros factores que impactan en la percepción global de una ciudad, como la seguridad. La CDMX, que antes tenía puntuación prometedora debido a su capacidad para atraer empresas internacionales y nómadas digitales, ha visto su imagen deteriorada por el crecimiento de la delincuencia, inseguridad, y falta de gobernanza. Esto genera un mensaje negativo en la escena global, afectando a posibles visitantes como inversores, quienes ven nuestra realidad local menos atractiva.

La movilidad, otro espacio del estudio, es otro foco rojo. La ciudad enfrenta desafíos en la gestión de la movilidad, como han sido los recurrentes problemas en el Metro, la falta de opciones de movilidad y el desequilibrio entre el uso del vehículo privado y la contaminación del aire, lo que nos pone en desventaja.

Pero el peor problema es la tolerancia gubernamental hacia los servicios de transporte informales, que operan sin licencias ni permisos oficiales. Esta situación requiere de una solución más profunda por el Gobierno de la Ciudad.

La caída de la CDMX en el Barómetro de Marcas Ciudad del Mundo alerta sobre la falta de gestión y promoción de la ciudad, así como por la necesidad de atender las realidades localesp por parte del gobierno; y aunque no se ve un futuro mejor para ello, creemos que la Ciudad de México merece un mejor destino.

@iremunoz

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