En los últimos días, varios equipos del futbol mexicano han festejado su aniversario. Tal es el caso del Atlas , que está celebrando 105 años de existencia. El León también conmemoró 77 años de vida y, por último, el Necaxa está echando la casa por la ventana a causa de sus 98 años.
Sin duda alguna, estos tres equipos son estandartes del balompié nacional , con algunos títulos en muchos años, una historia por momentos tortuosa, una vida agitada dentro y fuera de la cancha, pero —sin duda— se han vuelto un sello de la localidad en donde tienen su sede.
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Estos festejos ponen en evidencia que los títulos son subjetivos, lo que más valora la afición es el trabajo que pueda hacer el club en el arraigo, la historia, la lucha, la identificación de los colores; obviamente, todos quieren que sus equipos sean campeones, pero es una suma de muchos factores para que esto suceda, y la realidad es que no todos logran conjuntarlos.
Lo más importante para la afición es que no se traicione la historia, los colores, el famoso ADN , el cual en el deporte es intransferible; incluso, cayendo en la comedia. Se dice que se puede cambiar de esposo o esposa, pero jamas se podrá cambiar de equipo. La pasión por unos colores es única, algo que incluso se hereda. El ADN de los equipos no lo construyen los títulos.
En la mercadotecnia deportiva existe algo que es regla número uno: En el deporte, no se prometen títulos. Muchas cosas tienen que suceder para que lleguen los campeonatos, lo importante es la historia, la comunicación, la identificación, la atención, el arraigo, el servicio, la pasión y la cercanía que genere con el aficionado.
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Hay casos de instituciones deportivas que han pasado más de 100 años sin obtener un campeonato y es casi imposible encontrar un boleto para verlos jugar, pero ese caso es un trabajo casi perfecto de identificación con el aficionado. El título vendrá tarde o temprano, pero la pasión por el conjunto no viene por casualidad.
En México , se dice que se cambia de sede a algunos equipos al no encontrar sustentabilidad en el negocio y tenemos algunos casos evidentes, como el Necaxa , Atlante , Morelia y otros que no se han mudado de ciudad o modificado el nombre, pero que se han encargado de pisotear su historia, tales como Veracruz , o en su momento Querétaro y Puebla . Otros más nacen y desaparecen como si fueran una marca de mayonesa, como los Indios de Ciudad Juárez o los Colibríes de Morelos .
El deporte es la única disciplina capaz de generar amor y pasión por algo intangible, pero —al mismo tiempo— ese amor y pasión se vuelven utilidades tangibles para los dueños de los equipos. Mientras mejor se atienda a un fan, mayor será el margen de ganancia, porque ellos jamás abandonarán, pierdan o ganen títulos.
@husseinforzan
