Se han dicho muchas cosas alrededor de la operación mediante la cual el gobierno federal rescató a Altán Redes, operador de la Red Compartida. Se han llevado y traído especulaciones, se han subido y bajado nombres y se han exagerado riesgos o beneficios de la operación. Lo cierto es que dicha maniobra, más allá de los vericuetos financieros, estatutarios y regulatorios, le ha dado un nuevo cariz a la Red Compartida.

De ser un engendro técnico-mágico-constitucional que desde hace muchos años pintaba para ser rescatado, ahora la Red Compartida, y con ello la operación de Altán Redes, ha pasado a ser un muy atractivo negocio tanto para el gobierno federal como para varios proveedores de servicios de tecnología y telecomunicaciones.

Para quienes realmente saben y se han metido hasta las entrañas de la empresa para entender su operación, Altán Redes se ha convertido en el eventual operador disruptivo del mercado telecomunicaciones, así como debió ser desde el principio. Muy pocos pueden reconocerlo, pero como sucedió con la refinería de Deer Park, el gobierno federal aprovechó una ganga, compró a muy buen precio una operadora de telecomunicaciones con (ahora sí) altas expectativas de éxito; sin embargo, esto depende mucho de la administración.

Por eso la integración del Consejo de Administración, de su presidencia y la dirección general de Altan Redes es muy interesante desde el punto de vista operativo. Desde la visión financiera, solamente atiende la lógica de recuperar la inversión por parte de entidades privadas. No seamos inocentes; si no se recuperan los activos financieros privados, no habría rescate, no habría Altán, no habría Red Compartida, no habría Internet para Todos y no habría más conectividad. ¿Acaso eso es lo que quieren?

Dejando de lado los nombramientos de Yacine Saidji y Johan Pfeiffer como vigilantes del dinero del North Haven Infrastructure Partners (NHIP) de Morgan Stanley, así como de Laura Vila y Mohsin Sohani, representantes del China-Mexico Fund (CMF), es oportuno analizar los nombramientos hechos por la Banca Mexicana de Desarrolllo.

Los nombramientos de Anthony McCarthy Sandland como presidente y de Carlos Lerma Cotera como director general de Altán Redes tienen una clara lógica financiera, pues por el momento tiene más prioridad el correcto manejo del dinero que los compromisos de cobertura social o desarrollo tecnológico.

Sin embargo, esto no quiere decir que se esté olvidando el desarrollo de un exitoso plan de negocio que implique el despliegue de infraestructura o diseño de esquemas comerciales atractivos; por el contrario, los personajes que entran al Consejo de Altán tienen alta experiencia y conocimiento de lo que hacen

Los nombramientos de Blanca Treviño (Softek), Héctor Toledo (HT Comunicaciones), Raúl Lucido (International Telecom & IT Markets Consultants), Carlos Robles-Gil (Boston Infrastructure Investments), Héctor Velarde (lo desconozco), nos dan indicios de que saben de las dolencias, carencias y eficacias de la Red Compartida.

Es indiscutible la experiencia y conocimiento del mundo TIC de Blanca Treviño, su trayectoria y responsabilidades no solo en Softek, sino en los consejos de administración de varias empresas como Grupo Lala o Walmart. Esto le ha permitido innovar en distintos sectores y, como en el retail, supo darle un nuevo modelo de negocio y alta productividad a Walmart, utilizando las capacidades de comunicación de la Red Compartida. No solo vende servicios de conectividad mediante BAIT, sino que usa dicha red para servicios internos de comunicación, logística, inventario y tarificación.

Efectivamente, Walmart es uno de los mayores clientes de la Red Compartida, y Blanca Treviño es una de sus consejeras, pero si por eso la vamos a descalificar y a denunciar un supuesto conflicto de interés, entonces tendríamos que hacer lo mismo con Héctor Toledo, quien sabe lo complicado que es vender servicios de telecomunicaciones móviles en la sierra de Chihuahua, donde fue distribuidor de Telcel.

O qué decir de mi estimado, bien recordado y muy bien conservado Raúl Lucido de la Parra (¡Hola, Raúl!) a quien conocí desde la prehistoria cuando fue vicepresidente de Planeación Estratégica y Mercadotecnia de Ericsson en México y presidente de la extinta Asociación Nacional de Telecomunicaciones (Anatel). El siempre amable, caballeroso y refinado Raúl también fue presidente y director general de ZTE en México.

Tal vez me equivoco en algunos datos de la trayectoria de algunos de los consejeros de Altán, pero en lo que no fallo es en decir que su experiencia les avala y certifica como expertos del sector que pueden catapultar a Altán y a la conectividad de México.

Caja multitask

Muy interesante la creatividad e ingenio de la empresa oaxaqueña CT Group, la cual creó y patentó en 1995 su Unidad Móvil Cinetransformer. La novedad es que esta caja ya no solo se vende como una plataforma expandible de alta tecnología que puede integrar una experiencia cinematográfica, sino que ahora se ofrece como hospital móvil, aula interactiva, centro de atención financiera, área de capacitación empresarial o un centro de mando para emergencias. Es una plataforma que puede desplegarse y ofrecer servicios rápidamente en cuestión de horas.

Columnista y comentarista
Twitter: @hugonzalez0


 

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