La cultura digital pasa por momentos contradictorios; por un lado, como nunca antes en la historia, el consumo de productos digitales relacionados con las artes no puede estar pasando por un mejor momento, la cultura (el arte y la cultura en sus distintas formas y niveles) ha sido pieza fundamental para sobrellevar el encierro. Hay voces optimistas que creen que esto puede llevar a una revalorización del arte digital, que aunque ha demostrado su valor en términos cualitativos, siempre se ha visto como inferior; estas voces positivas nos dicen que hay posibilidades de que cuando todo esto termine, la gente no perderá la costumbre de buscar y consumir cultura en línea. Pero hay otras voces (o en ocasiones las mismas) que alertan de un nuevo problema que se está generando en estos mundos: cierta devaluación del artista y su obra, por un lado, las instituciones del Estado que demandan materiales y contenidos gratuitos, contenidos que además van y vienen en las plataformas; es decir, la sobre exhibición y el tratamiento que se le da a los materiales no están a la altura esperada y la gratuidad abona a esta desvalorización.

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), organismo dependiente de la ONU, alerta de un descontrol, que esta sobre exhibición y gratuidad está afectando gravemente a los creadores, y a todos lo que participan en un ya de por sí endeble sector; faltan, sin duda, políticas de protección para creadores.

Si bien como consumidores agradecemos que existan contenidos de acceso gratuito, no sobra apoyar también a quienes, con toda justicia, cobran por hacer un trabajo. Creadores y artistas que están ahí, en las instituciones públicas o privadas que todos conocemos, en algunos casos con cursos de creación impartidos por profesionales, ahí están el helenico.gob.mx, escueladeescritoresdemexico.com, elclaustro.edu.mx y un largo etcétera; en otros comprando el acceso a muestras, libros o puestas en escena. En este último rubro me topé, por ejemplo, con que la compañía de teatro Los Endebles celebra su 20 aniversario presentando cinco obras a través de la plataforma Zoom, los lunes y jueves a partir del 11 de mayo y hasta el 1 de junio, en este caso la exhibición tiene un costo de 200 pesos por obra, la mitad de lo recaudado irá para el elenco y la otra mitad para los trabajadores del teatro La Capilla, quienes evidentemente se han visto muy afectados por la cuarentena.

Sí que deseamos que el consumir arte y cultura por Internet sea una costumbre que se nos quede después de que pase la cuarentena; y se agradece el apoyo de artistas, creadores e instituciones que ponen a nuestra disposición contenidos por los que no hay que desembolsar ninguna cantidad; la inmediatez, cantidad de opciones y otras ventajas inherentes de las nuevas tecnologías (la gratuidad entre ellas), pero no hagamos de lado a los creadores que también nos ofrecen su obra o conocimientos y que implican un costo o inversión; apoyarlos ayuda también a que la cultura y el arte por Internet no sean vistos como un producto, per se, de menor categoría.

herles@escueladeescritoresdemexico.com

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