Las palabras usadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en torno a lo que aconteció en días pasados en la Cámara de Diputados Federal, fueron contundentes y a la vez lapidarias; pero, sobre todo, fundamentales para que el grupo parlamentario de Morena actuara en consecuencia en ese espacio político. De “vergüenza”, calificó el primer mandatario la actuación de lo que llamó una facción al interior de los diputados morenistas.

El presidente habló más allá, dijo que la palabra se cumple, congruente con la frase que utiliza para promover sus acciones del primer año de gobierno.

No cabe duda que muchos de los que fueron favorecidos por la popularidad del Primer Mandatario en el pasado proceso electoral, aquellos que se subieron a la ola del trabajo realizado por éste durante más de 18 años para alcanzar la presidencia de la república, parece que no entienden que su compromiso y acompañamiento a López Obrador tienen que ser mayores, y deben anteponer el interés de quien los hizo ser lo que son.

Otro hecho lamentable para el equipo del presidente fue que dentro del grupo parlamentario de Morena alguien se haya atrevido a grabar a la secretaria de Gobernación, la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, para después difundir el audio, donde exaltaba su preocupación por lo que sucedía en el Congreso federal. Está claro que pocos son dignos de confianza.

Hoy, la Mesa Directiva de San Lázaro se renovó en tiempo y forma y no hubo necesidad de ver cómo algunos de esos diputados se convertían en “calabaza”, como lo advertía Porfirio Muñoz Ledo.

Hoy, la Mesa Directiva está encabezada por una diputada panista. Justamente llega una mujer a ocupar tan elevado y anhelado encargo. Se honró el acuerdo de origen y fue entregado ese espacio a la segunda fuerza más representativa de la Cámara baja, al Partido Acción Nacional.

Hoy, la diputa Laura Angélica Rojas Hernández tiene la oportunidad de representar dignamente a su género, actuando con prontitud y conocimiento legislativo y, sobre todo, garantizando el derecho de todos y cada uno de los legisladores.

Ese es tal vez el mayor de los logros, que una mujer ocupe la Presidencia de la Cámara de Diputados, que hoy además coincide con una mujer en la Presidencia del Senado de la República. Todos aquellos que creemos en la igualdad y paridad de género reconocemos y aplaudimos esas decisiones tomadas.

De refilón

No cabe duda que la frase acuñada, que dice: “En política no hay nada escrito”, es totalmente cierta. Para aquellos que se frotaban las manos preparando toda una operación de acompañamiento en la votación de lo que será la elección del próximo dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional, se quedaron con las ganas.

Las despensas, programas de gobierno, canonjías no serán los instrumentos que definan quién dirija los destinos de ese partido, tendrán que dejar a un lado las mañas de origen que los acompañan.

Bastó que su máximo líder los orientara para cambiar el destino y evitar lo que sería una cruenta lucha al interior de este movimiento.

Todo parece indicar que la selección de quien ocupe la presidencia de Morena será a través de una encuesta. La simpatía de algunos con poderosos gobernantes o integrantes de los gobiernos federales y locales, de poco habrá de servir; una encuesta es una buena posibilidad para encontrar la opinión, no solo de militantes, sino además de millones de simpatizantes que seguro no se encuentran en el padrón de ese partido.

El tablero cambió de posición y hoy, para aquellos que han tenido en el último año mayor exposición mediática, su alternativa se acrecienta, quienes han alzado la mano para ocupar ese cargo también lo tienen claro. Mario Delgado, Yeidckol Polevnksy, Alejandro Rojas Díaz Durán y Bertha Luján, en ese orden son quienes habrán de aparecer en la futura encuesta por aplicar. Ojalá y el método para hacerla hoy, sí sea trasparente y democrático.

Diputado federal

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