La pandemia que enfrenta nuestro país, el terrible Covid-19 —como ya lo he referido en otras columnas—, no solo impacta a la salud pública, cobrando incluso la vida de algunos contagiados por el mal. El impacto en la economía es una realidad que se hace sentir. Se detuvo la vida de las instituciones, y todo parece indicar que habrá de aletargar el libre ejercicio democrático al que tienen derecho hidalguenses y coahuilenses.

En el caso de Coahuila, mediante sufragio efectivo, los ciudadanos habrán de ejercer su derecho a renovar 16 diputaciones por mayoría relativa y 9 diputaciones por representación proporcional. En este caso, de acuerdo al calendario electoral, el proceso inició el 1 de enero de este año. Las precampañas arrancaron el 1 de marzo, concluyendo el 25 del mes que está por terminar. El registro de candidaturas se deberá efectuar entre el 15 y el 19 de abril, a fin de que las campañas arranquen el 25 de ese mes para concluir el 3 de junio; porque, si el Covid-19 lo permite, el 7 de junio de este año se llevará a cabo la elección antes referida en ese estado del norte.

En el caso de Hidalgo, se disputan 84 presidencias municipales, y el proceso electoral inició el 15 de diciembre de 2019. Las precampañas se desarrollaron entre el 12 de febrero y el 8 de marzo. El registro de candidaturas tendrá que efectuarse del 3 y al 8 de abril, a fin de que la campaña electoral se desarrolle del 25 de abril al 3 de junio. La elección en estos dos estados de la república mexicana se tendrá que llevar a cabo el próximo 7 de junio.

Esos dos procesos tienen una singular relevancia, ya que algunos los consideran el laboratorio ideal para conocer el ánimo de los electores en una primera etapa rumbo al 2021, y aunque la efervescencia política en esos estados es vigente; también es innegable que por el temor al posible contagio del Covid-19, los procesos electorales parecen inexistentes.

Y es que si las cosas en materia de salud pública se siguen presentando como hasta ahora, la probabilidad de que se difieran las elecciones es algo que hoy toma mayor fuerza, simple y llanamente porque si no son posibles las campañas políticas, se rompe con el derecho más elemental de todo proceso electoral que es, sin duda, conocer las propuestas y el perfil de cada uno de los contendientes, al evitarse las reuniones y los eventos masivos, no permite se concrete esta posibilidad y está claro que se violenta el derecho electoral; por lo que, especulando, se ve difícil la realización de las elecciones programadas para el próximo 7 de junio en esos estados.

De refilón

Patética es la forma de calificar la actuación del subsecretario y vocero de la Secretaría de Salud, Hugo López-Gatell. Ahora resulta que su constante es el llamado a que la población se guarde en sus casas para evitar el contagio masivo; cuando ya hace semanas el mundo entero aplicaba esta medida como la mejor forma para evitar la propagación del Covid-19. El Sr. López-Gatell dormía en sus laureles. El experto, se supone, es él; el responsable de la salud pública es él, junto con su jefe el secretario de Salud, son los únicos responsables de prevenir al Ejecutivo Federal sobre la gravedad de esta pandemia y la aplicación de los protocolos para contenerla. La inacción del Sr. López-Gatell, ya sea por torpeza o cobardía, dadas sus omisiones y su tardía actuación, impactarán en el resultado final de la salud de los mexicanos. Ahora, en su discurso, parece que lo que el vocero prevé es un escenario grave, ante la imposibilidad de atender el total de los casos que se originen por esta pandemia, argumentando lo que todo mundo sabía antes que él, es decir, la necesidad del aislamiento social. ¡Qué miedo! El Sr. López-Gatell ya se cura en salud.



Diputado federal

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