Los trabajos en el Palacio Legislativo de San Lázaro se intensifican luego de haberse aprobado, el pasado viernes, la Ley de Ingresos, sin embargo, el trabajo más asiduo es atrás de las sesiones ordinarias, es la labor ardua que realiza la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de ese órgano legislativo. A quien se observa en múltiples e interminables reuniones es al presidente de esta, el legislador Alfonso Ramírez Cuéllar, quien trata de estirar lo más que puede un presupuesto que, a juicio de algunos diputados, se encuentra limitado como pocas veces.

El morenista ha logrado atender no solo las demandas que se generan a través de los involucrados en el proceso legislativo, además atiende y recibe las necesidades y propuestas de grupos y organizaciones que, rayando en la desesperación, buscan solventar su demanda presupuestal en diferentes rubros.

Es clara la capacidad mostrada por Ramírez Cuéllar quien, con sensibilidad, ha procurado el equilibrio necesario para obtener la justa distribución de los recursos con los que se cuenta; seguramente el dinero no alcanzará para atender la demanda existente y también es claro que habrá de priorizarse los temas más sensibles con que se beneficie a la población en su conjunto.

La salud pública, que causa un alto impacto en la población mexicana, puede convertirse en el más sensible cuando se ve amenazada la vida de familiares y no se logra la mínima atención en los diferentes sistemas de salud; por eso es tan importante que en este rubro el esfuerzo sea mayor. Así como en los programas sociales que atienden de forma emergente las necesidades primordiales de las clases más desposeídas, y por supuesto, hay que satisfacer los requerimientos generados como consecuencia de la reforma educativa, es decir, aplicar mayor énfasis en todo aquello que perfeccione e incentive una educación de calidad.

Es innegable que existen otros rubros en donde las organizaciones han hecho patente su preocupación y, por supuesto, su demanda justa; sin embargo, hoy es importante acreditar con números, que después serán convertidos en pesos, los rubros y las necesidades que son prioritarios para el gobierno federal y que, por supuesto, estos deben corresponder a las necesidades que socialmente contienen mayor demanda y son los que con mayor persistencia se presentan en la colectividad social y no solamente en la atención a sectores determinados de la misma.

Está claro que el trabajo que realiza el diputado Ramírez Cuéllar no es nada sencillo, pues tiene que estirar, al estilo de millones de familias, lo más que pueda el limitado recurso existente. Hoy, Ramírez Cuéllar es igualmente solicitado y mencionado, como ocurre con el santo más popular, el que usted decida.

En fin, es importante destacar que en esta ocasión la proyección de los diputados federales es contar con la aprobación de un presupuesto antes de las fiestas decembrinas y no hacerlo como en otro tiempo, cuando este era votado al punto exacto del agotamiento del reloj legislativo. Ojalá se logre concretar esta proyección parlamentaria y no tenga a las diferentes fracciones que convergen en la Cámara de Diputados, y mucho menos, al gobierno federal con el Jesús en la boca.

Diputado federal

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