Fue diferida para el próximo año la decisión de quién habrá de dirigir al partido Morena. A lo largo de los últimos meses, el proceso de renovación de su dirigencia nacional ha traído como consecuencia duros embates entre los aspirantes más representativos a esa posición. Los postulantes Yeidckol Polevnsky, quien decidió buscar la reelección, así como Mario Delgado, Bertha Luján y Alejandro Rojas Díaz Durán se han mostrado como los militantes morenistas con mayores posibilidades para ocupar tan relevante encargo partidista.

Morena es el partido en el poder y, como consecuencia del resultado electoral del pasado proceso, es innegable que su consolidación permite las mejores condiciones políticas para cualquiera que aspire a un cargo de elección popular; entonces resulta natural que eso los lleve a vivir, al interior, duros embates.

También resulta natural que sus aspirantes a ocupar dicha posición vean en la presidencia nacional de Morena una plataforma o trampolín político que los coloque en mejores condiciones a la hora de futurizar. Todo esto, aunque resulte difícil de creer, ya con miras al 2024; ya que, para algunos de ellos, “apenas” hay tiempo suficiente, pues sólo faltan 5 años para elegir al que habrá de dirigir los destinos de México.

Por esta razón, el 2021 es fundamental para sentar las bases de los grupos que al interior de Morena, evidentemente, se han conformado y todo parece que las tribus experredistas se reagrupan a su interior.

En política no hay nada escrito y cualquier cosa puede suceder y con mayor claridad aún se debe entender que, tu adversario no es aquel que ya venciste, tu adversario es aquel que estás por vencer. Los adversarios más representativos de los morenistas están al interior de Morena.

De refilón

En días pasados, nos enteramos de la repentina salida de nuestro país del expresidente boliviano, Evo Morales. En esta ocasión no hubo conferencia de prensa. Según se dice, el motivo fue para atender en el hermano pueblo de Cuba un tema de carácter médico relacionado con su salud; así mismo, se supo que el propio exmandatario buscará su arribo a la República Argentina en donde, por cierto, ya se le negó en un primer intento el asilo en ese país.

La salida de Evo Morales concuerda con la declaración hecha por el presidente estadounidense, el polémico Donald Trump, quien coincidentemente, por decir lo menos, anunció su decisión de postergar el declarar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas; lo que abriría al vecino país, la posibilidad de intervenir bélicamente en nuestro territorio. Puede ser coincidencia, un acuerdo, en fin, hoy todo es especulación y aunque a veces las cosas no son lo que parecen, estos hechos aparentan estar relacionados.

Y es que el boliviano, al arribar a nuestro país y sentirse seguro, lo primero que hizo fue intentar agruparse en un frente con otros países como Venezuela y Cuba, que han sido duros en señalar la intervención del gobierno del poderoso pueblo estadounidense.

Donald Trump tiene en su haber dos concesiones otorgadas a nuestro gobierno, la postergación en la aplicación de aranceles y la de declarar a los cárteles mexicanos del narcotráfico como grupos terroristas. Postergar no es eliminar esa posibilidad, más parece que la guadaña del presidente Trump está en el aire y ojalá por ningún motivo pretenda usarla. Ese es nuestro deseo.

Diputado federal

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