Una vez concluido el proceso electoral más grande de nuestra historia, los ciudadanos de toda la república mexicana tienen un respiro. Por fin, la clase política nacional dejará de utilizar, por un tiempo, la denostación, la calumnia, la mentira o las verdades a medias para dañar a sus adversarios políticos.

El ejercicio democrático del pasado 6 de junio demostró la fuerza que el electorado tiene en sus manos, y cómo las guerras intestinas no rinden frutos, ni logran necesariamente el objetivo de aquellos políticos que tratan de utilizar la guerra sucia en contra de algún adversario y, al amparo de la supuesta legalidad, pretenden crear delitos para quitarse un contendiente del camino. No hay nada más denostable que una práctica así.

Lo interesante de toda acción que pretende utilizar los instrumentos de procuración de justicia o judiciales es que, al tiempo, pueden ser utilizados en contra, llámese justicia divina, justicia social o karma.

Hay quienes incursionaron en política de forma circunstancial y no han comprendido que en la política lo primero que debe ponderarse es el costo-beneficio.

En San Luis Potosí, columnistas y políticos regionales, así como del ámbito nacional, pretendieron utilizar el descrédito público contra un candidato; pero, más que lograr su objetivo, motivaron una participación mucho más activa de la sociedad, a tal grado que el estado potosino se posicionó por encima de la media nacional respecto de la participación ciudadana

Ricardo Gallardo Cardona, conocido como El Pollo o El Pollito, como se refieren a él en las comunidades más pobres y olvidadas de la huasteca potosina, fue encarcelado, perseguido y denostado hasta el cansancio. Medios y columnistas a modo difundían una y otra vez verdades a medias, alteradas a placer, con el único ánimo de incidir en la voluntad popular. Ya quedó claro que tal infamia no redituó en beneficio del ahora candidato perdedor Octavio Pedroza, agrupado en el hemisferio político de la derecha.

La prestigiada casa dirigida por Rodrigo Galván de las Heras pronosticó en su encuesta de salida que Ricardo El Pollo Gallardo obtendría el triunfo con 8 puntos porcentuales por encima del candidato de la alianza PAN, PRI, PRD, Octavio Pedroza. Al principio, la ventaja de Gallardo estaba cercana al 3%, sin embargo, al abrirse el 78% de los paquetes electorales, El Pollo Gallardo amplió a casi 7% el porcentaje de votos efectivos a su favor; es decir, si se hubiera abierto el total de los paquetes electorales, seguramente el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, conformada por los partidos del Trabajo y Verde Ecologista, habría obtenido una distancia de más del 8%, cercana a los 80 mil votos de diferencia que vaticinó Rodrigo Galván de las Heras.

Gallardo se posicionó como gobernador de San Luis Potosí y De las Heras Demotecnia como la casa encuestadora con mayor fidelidad en la proximidad de los resultados. Otras casas encuestadoras quedaron exhibidas como viles paleros, que solo sirvieron para tratar de incidir en la percepción del electorado. Algunas incluso ya han expresado sus disculpas.

También en Zacatecas, De las Heras Demotecnia acertó con precisión, pues vaticinó que el candidato por la alianza conformada por Morena, PT, PVEM y Nueva Alianza, con su abanderado David Monreal, obtendría el triunfo con el 57% de la votación, como así sucedió.

Seguro, a la casa encuestadora De las Heras Demotecnia, por su credibilidad, le espera un futuro promisorio.

Al recibir su constancia y constituirse como gobernador electo, Ricardo Gallardo acreditó su madurez institucional y promovió como eje central la concordia entre los potosinos. Con una visión de miras y como un verdadero estadista, Ricardo Gallardo dejó a un lado el rencor y las venganzas políticas poco productivas para cualquiera que se dedique a la política.

Diputado federal.

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