El camino empedrado se vuelve a presentar en esta eliminatoria hacia La clasificación, es un hecho que se dará, pero no de manera fácil, ni caminando, sino con mucho descontento de los medios de comunicación y la afición. Quedan seis partidos, de los cuales cuatro son de local.

Hay que reconocer que el rendimiento de la Selección , en estos dos últimos partidos, fue decepcionante. Este equipo —en el papel— tendría que dar para más, pero el funcionamiento, la dinámica, la intensidad, los planteamientos diferentes no dominados, errores individuales marcados, inconsistencia y bajo nivel en algunos jugadores, y un estado de estupor en el accionar, provocaron decepción y molestia generalizada.

Hablar de errores individuales es lo mas fácil y obvio. Que Ochoa nunca ha sabido gestionar el área chica, que Orbelín estuvo irreconocible, Corona totalmente desconcentrado, y así podríamos hablar de más jugadores y momentos de los partidos que afectaron los resultados.

Pero en el análisis más profundo no sólo es señalar los errores o los planteamientos; en mi experiencia, existe un factor que puede ser clave, que es el de la competencia, entendiéndola como la lucha, el trabajo y el esfuerzo diario para ganarse un lugar y lograr un nivel competitivo y consistente, en una Liga exigente que genere crecimiento y madurez. Hoy por hoy, nuestros paladines que juegan en el extranjero no la tienen y no han logrado el nivel esperado desde que se fueron, no marcan esa diferencia esperada, salvo Jiménez, Lozano y Edson, quienes son titulares, compiten y son importantes en sus equipos. Desafortunadamente, los demás no han tenido esa constancia y estabilidad, como Héctor , que en el Porto era fundamental y ahora le ha costado mucho en el Atlético; Corona está irreconocible; Lainez olvidado y debiendo ser Holanda su primer destino; Guardado , por lógica, su intensidad y dinámica han disminuido, al igual que Moreno ; Johan está empezando en Italia; JJ Macías nada que hablar; de los locales, Orbelín y Romo ya se ven en Europa y ya no están “aquí”; Gallardo no se encuentra y Ochoa injustamente de héroe pasó a villano; Chícharo borrado, y Funes Mori no responde; si a esto le sumamos los cambios en los planteamientos de Gerardo Martino y a la vez nos enfrentamos a dos selecciones de jóvenes, que varios de sus integrantes están jugando también en Ligas competitivas y que, por su calidad, dinámica e intensidad, hoy sí marcan una diferencia.

Aunque la Liga MX

no trabaje, ni deba trabajar para la Selección , los formatos de competencia del torneo pueden ser facilitadores importantes para generar capacidad y competencia en sus protagonistas. Actualmente, el tema del ascenso/descenso es un factor que inhibe la competencia interna, provocando zona de confort entre los técnicos y sus ambiciones; en contraparte, un beneficio debería ser el hecho de que, al no tener presión por descender, debería contribuir a que se les diera más oportunidad a los jóvenes para su crecimiento, situación que no sucede. Otra causal es la calidad de un número importante de extranjeros que han llegado últimamente, los cuales no están siendo el envión necesario para elevar la calidad, aumentar la competencia y potenciar el talento de los jugadores menores.

Se clasificará a Qatar, pero el cumplimiento del objetivo no nos debe desviar de un análisis agudo para la mejora de nuestros procesos para beneficio del futbol mexicano.

@hginarritu

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