El viernes pasado fue aprehendido por la Fiscalía General de la República Neftalí Pérez de Jesús, alias El Pan Crudo, agente municipal de Iguala al que se acusa de haber entregado a sicarios de la organización criminal Guerreros Unidos , la noche del 26 de septiembre de 2014, a 43 alumnos de la normal rural de Ayotzinapa .
Pérez de Jesús tenía orden de aprehensión desde enero de 2015. Había logrado burlar a las autoridades durante cinco años. Según la acusación, fue uno de los agentes que formó parte del Grupo de Reacción Inmediata de la Policía de Iguala, cuyos integrantes se hacían llamar “Los Bélicos” y eran, en realidad, un brazo armado de Guerreros Unidos.
Los Bélicos interceptaron aquella noche los autobuses en que viajaban los alumnos. A entre 23 y 28 estudiantes que iban a bordo del autobús marcado con el número 1568, se los llevaron rumbo a la comandancia de Iguala .
Diversos testimonios coinciden en que los alumnos estuvieron en las instalaciones de esa comandancia. Según la agente municipal Verónica Bahena Cruz, “metieron a unos a las celdas” y “a los otros los tenían en las bancas sentados”. Unos 30 minutos más tarde hubo un cambio de instrucción y alguien, que en la Recomendación de la CNDH es identificado como “El Patrón”, ordenó sacarlos de ese sitio y entregarlos a los sicarios en Loma de Coyotes.
Ante la fiscalía de Guerrero, el propio subdirector de la Policía de Iguala, Francisco Salgado Valladares, declaró que esa noche había llegado a la comandancia a las once de la noche “y me percaté que había como diez muchachos detenidos en el patio (…) y que el licenciado Ulises dialogaba con ellos”.
El agente Honorio Antúnez Osorio afirmó que entre “Los Bélicos” que aquella noche recibieron a los jóvenes y los fueron a entregar a los Guerreros Unidos se hallaba Neftalí Pérez de Jesús. El testimonio de Pérez de Jesús es crucial.
El “licenciado Ulises” era el oficial de barandilla Ulises Bernabé García, apodado El Gay. Aunque abundan los testimonios de que los jóvenes detenidos ingresaron en galeras y más tarde fueron sacados de la comandancia con el consentimiento de este oficial, él negó desde el primer día que los alumnos hubieran entrado a barandillas. Dijo que efectivamente habían llegado “algunos”, “pero que estos se habían ido”.
Policías relacionados con la desaparición de los alumnos declararon, en cambio, que el “licenciado Ulises” se los había entregado a sicarios de Cocula, elementos de Protección Civil y agentes de “Los Bélicos”. Hay registro de que dos camionetas de la policía, la 302 y la 306, los sacaron de la comandancia y realizaron el traslado hasta el sitio de la entrega. Un sicario recordó que “El Chino, de Protección Civil”, le mandó un mensaje que decía “que los Ayotzinapos están encerrados en la comandancia”.
La agente Bahena Cruz relató que cuando las camionetas llegaron a la comandancia, “sacaron a algunos de los estudiantes, a quienes los subieron en la batea poniéndolos boca abajo”.
Después de declarar y negarlo todo, Ulises Bernabé se dio a la fuga e ingresó ilegalmente en Estados Unidos, donde pidió asilo político. La CNDH determinó que había sido omiso en el cumplimiento de sus obligaciones, que el oficial de barandilla había permitido la retención de los estudiantes y luego había consentido y autorizado la entrega ilegal de los alumnos a agentes policiales. El oficial no registró la llegada de los estudiantes detenidos, no tomó sus datos, no dejó ningún registro de su presencia. Declaró, y luego huyó.
Entrevistado en Estados Unidos, a los miembros del GIEI que investigaban el caso les dijo que no supo nada de lo que estaba pasando en la ciudad hasta casi la una de la mañana. Y después de decirles que no supo nada de lo que pasó hasta que todo estaba consumado, les dijo también que esa noche hubo militares actuando en las calles. El GIEI, desde luego, le compró todo lo que dijo y cuestionó que los desaparecidos hubieran estado en la comandancia.
Aunque tenía ficha roja desde 2015, el gobierno de Estados Unidos se negó a entregarlo. En febrero pasado un tribunal de Arizona le concedió asilo político.
Según una nota publicada en Aristegui Noticias, la Corte se basó en el informe del GIEI para acceder a la petición.
El testimonio de Neftalí Pérez de Jesús, El Pan Crudo, acusado de recibir y entregar a los jóvenes desaparecidos, es crucial si en verdad hay una mínima voluntad de aclarar lo que ocurrió esa noche.
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