La posible candidatura de Omar García Harfuch como aspirante de Morena al gobierno de la CDMX ha desatado una verdadera convulsión, se diría que un terremoto, al interior de Morena y en el entorno de sus simpatizantes.

En solo una semana, unos 800 escritores, investigadores, artistas, activistas e intelectuales han firmado desplegados de apoyo a la candidatura de la exalcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, y algunos de ellos han manifestado por distintas vías su repudio ante la posibilidad de que “un policía al que apoya la derecha, gobierne la ciudad”.

En el desplegado que se publicó ayer en La Jornada, personajes como Pablo Gómez, Elena Poniatowska, Juan Villoro, Lorenzo Meyer, Olga Sánchez Cordero, Bruno Bichir, Enrique Semo y Horacio Franco se pronunciaron en favor de Brugada, de quien dijeron que no se trata “de una figura improvisada o mediática, sino de una dirigente distinguida” que ha formado parte de las batallas “por la vivienda y los servicios públicos, por la escuela y el empleo, así como de aquellas exigencias del movimiento feminista y de la diversidad sexual y de género, a favor del desarrollo social, la seguridad, los servicios culturales y el apoyo a los más pobres”.

Los abajofirmantes agregaron que, como alcaldesa de Iztapalapa, Brugada “encabezó uno de los gobiernos locales más destacados en la implementación del programa de la Cuarta Transformación, logrando cambiar positivamente las condiciones de vida de millones de personas”.

Aunque el desplegado le hace caravanas a Claudia Sheinbaum, “también militante de larga trayectoria que realizó un extraordinario trabajo al frente del gobierno de la Ciudad de México”, sostiene que “es momento de elegir mujeres de izquierda, consecuentes, honestas, defensoras de los derechos y verdaderas impulsoras de la transformación”.

Quienes celebraron la entrega del “bastón de mando” a la exjefa de gobierno de la CDMX como garantía de continuidad “en la transformación de México”, hoy tratan de contrarrestar “el desequilibrio en la cobertura informativa” entre el elegido de Sheinbaum y la exalcaldesa de Iztapalapa.

Hace unas semanas, diversos columnistas hicieron referencia a una cena celebrada en un departamento de Polanco, a la que fueron invitados, entre activistas y gente del medio artístico, así como de la farándula, comunicadores en la prensa escrita, el radio y la televisión.

Lo que parecía una cena para dialogar y conocer a una posible candidata (algo normal en tiempos electorales), terminó con la abrupta petición a los comunicadores de que se comprometieran a abrir espacios a Brugada en sus respectivos medios. Algunos se prestaron a hacerlo y hubo quien se comunicó con su director en ese preciso instante, a fin de darle curso a la petición. Otros, sin embargo, sintieron –así lo han expresado al columnista– que habían caído en una trampa. Se pidió a los asistentes confidencialidad, aunque varios, escandalizados, la rompieron al minuto siguiente.

Desde principios de año, y desde la oficina de comunicación de la presidencia, el vocero Jesús Ramírez Cuevas pidió a sus plumas afines, y a sus plumas por encargo, que dejaran de mencionar a García Harfuch como posible candidato al gobierno de la ciudad.

Su destape, con la venia de Sheinbaum, e incluso a contracorriente del ánimo del presidente López Obrador, sacudió el avispero en Morena por los antecedentes familiares y profesionales del candidato, fogueado en la Policía Federal de Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino, e involucrado por el subsecretario Alejandro Encinas en la construcción de la llamada “verdad histórica” del caso Ayotzinapa.

En el equipo de Sheinbaum se ha detectado que desde la jefatura de gobierno a cargo de Martí Batres se está operando también la candidatura de Brugada, según confirman fuentes cercanas a ésta.

¿Hay una rebelión en la granja o el propio Presidente ha decidido meter una cuña por debajo del agua? En todo caso, todo se resolverá en unos días, mientras en el equipo de Sheinbaum de todo se toma nota: quienes conocen a la doctora, sostienen que se trata, al igual que su jefe, de una persona bastante rencorosa.

En todo caso, el duelo de vencidas no es solo contra García Harfuch: por más caravanas que se le hagan, ahora el duelo de vencidas es también contra Sheinbaum.

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