Al cumplirse dos años de gobierno de la gestión del Presidente Andrés Manuel López Obrador, muchos se preguntan en donde están aquellas personas de los sectores público, privado, social y académico defiendiendo y dando la cara por el medio ambiente y los recuros naturales, que hoy en día son temas que están completamente fuera del radar e interés de la administración pública federal. A continuación, algunos ejemplos que ilustran lo anterior.

La presente Administración Federal, no ha mostrado el más mínimo interés por el tema medioambiental; por el contrario, lo ha relegado de la agenda de gobierno, retrocediendo incluso en temas donde se habían dado pasos importantes como es la transición hacia las energías renovables. El hecho de que a dos años de gobierno ya hayan transitado tres titulares por la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), evidencia las diferencias de visión con el actual gobierno, como incluso lo denunció Víctor Manuel Toledo tras haber presentado su renuncia al cargo.

RECORTES PRESUPUESTALES AL SECTOR AMBIENTAL. El presupuesto asignado a medio ambiente, al igual que en los últimos 7 años, se ha visto reducido considerablemente. Del  2012 al 2018, el sector ambiental ha sufrido un recorte del 59.5% a los recursos asignados en el presupuesto federal. En proporción del Producto Interno Bruto (PIB), el presupuesto asignado a Semarnat se ha ido reduciendo de forma sustancial, pues pasó de representar el .38% del PIB en 2014 al 0.11% en el 2020.

De igual forma, en el mismo periodo, el sector ambiental federal destinado a la defensa y protección del medio ambiente en México ha perdido por lo menos 2,515 plazas. Entre las dependencias más afectadas por los recortes se encuentra la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

En lo que se refiere a las Áreas Naturales Protegidas (ANP), a pesar de que la superficie bajo resguardo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) equivale al 22% del territorio nacional, el presupuesto federal para proteger cada hectárea se ha reducido 87%, pasando de un máximo histórico de 74.12 pesos en 2016 a tan sólo 9.56 pesos en el año 2020.[1]

México sólo destina 12.46 pesos por hectárea al año y cada empleado es responsable de administrar una superficie de 70 mil hectáreas, equivalente al 48% del territorio de la Ciudad de México.[2]

Los 43.9 miles de millones de pesos (cifras traídas a valor presente) recortados a Semarnat en estos 7 años contrastan con: Los 21.1 miles de millones de pesos asignados al programa Sembrando Vida; los 60.1 miles de millones de pesos etiquetados para Seguridad y Protección Ciudadana; los 41.2 miles de millones de pesos otorgados a la refinería Dos Bocas en Tabasco. Todos estos montos para el año 2020. 

Llama la atención que el presupuesto para un solo programa –Sembrando Vida- (25 mil millones de pesos) sea más de cinco veces mayor al total asignado para  para la Conafor (poco más de 5 mil millones de pesos).[3]

POLÍTICA ENERGÉTICA Y MEDIO AMBIENTE. La energía que se consume en México proviene de hidrocarburos (91%), carbón mineral (3%), biomasa (2,9%), geotermia, eólica y solar (1,4%), nuclear (0,9%) e hidráulica (0,8%). Las cifras ponen de relieve la escasa presencia de las fuentes renovables (apenas poco más de 5% en total), en contraste con una economía carbonizada al 94%.

Greenpeace-México identificó cinco decisiones presidenciales que se alejan del combate al cambio climático y que muestran que el medio ambiente, en los hechos, no resulta un tema relevante.  Entre las cinco decisiones, se encuentran:

a) El plan nacional de refinación -que busca reconvertir el sistema de refinación, para dejar de procesar crudo ligero y procesar crudo pesado. Esto incluye la construcción de una refinería más en el municipio de Dos Bocas, Tabasco, con el objetivo de aumentar la producción de combustibles refinados a un millón 600 mil barriles diarios entre diésel y gasolina. La construcción de la refinería de Dos bocas ha supuesto talar 300 hectáreas de selva y manglares de forma ilegal y sin la realización de ningún estudio de impacto ambiental.

b) La cancelación de subastas energéticas en plazos, donde la energía renovable es más competitiva que los combustibles fósiles.

c) El anuncio de la reactivación del sistema de plantas termoeléctricas.

d) El plan de incremento en la extracción de petróleo, incluso a través de fracking (método que el mismo López Obrador declaró públicamente que no se usaría en su administración).

e) La reducción de recursos asignados para mitigación y adaptación de los efectos del cambio climático en 36% respecto al del 2018.

Adicionalmente, vale la pena destacar que en este 2020 se emitieron tanto El Acuerdo  para garantizar la Eficiencia, Calidad, Confiabilidad, Continuidad y Seguridad del Sistema Eléctrico Nacional con motivo del reconocimiento de la epidemia de enfermedad por el virus SARS-CoV2 (COVID-19)” emitido por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) el 29 de abril, así como La “Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad del Sistema Eléctrico Nacional”, emitida por la Secretaría de Energía el 15 de mayo. Ambos implicaban un retroceso en el camino hacia la transición a energías renovables.

CAMBIO CLIMÁTICO Y LA REFINERÍA DOS BOCAS. México se comprometió –de manera condicionada-, a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 30% al 2020; 22% al 2030 y 50% al 2050. De acuerdo con el avance que el país tiene hasta el momento, será muy difícil cumplir con la meta establecida para el 2020, ya que en 2015, las emisiones fueron de 683 millones de toneladas de bióxido de carbono equivalente (CO2e), lo que supone que la reducción del 30% al 2020 será difícil de cumplir (MtCO2e). 

Para cumplir con la meta al 2050, México deberá emitir únicamente 320 MtCO2e en dicho año. El esfuerzo realizado por el país hasta el momento es insuficiente. México requiere incrementar su ambición, pues su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC, por sus siglas en inglés) y las metas de la Ley General de Cambio Climático (LGCC) no están en línea para cumplir los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, particularmente el límite de 1.5°C.

Hasta el momento, la actualización de la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) de México, hecha pública en días pasados, no es nada ambiciosa y mas bien se mantiene en los mismos terminos planteados hace 5 años, lo cual es inaceptable.

Por lo que se refiere a la Refinería en Dos Bocas, Paraiso, Tabasco, el total de emisiones de la refinería al año serían 2.16 millones de toneladas de CO2e, lo cual equivale a las emisiones de 855,020 vehículos compactos al año. En los próximos 20 años, solamente  la operación de la refinería habrá emitido, aproximadamente, 43.2 MtCO2e. La NDC de México asume la reducción de 19 MtCO2e para el sector petróleo y gas (al 2030). Si la refinería empieza a operar en 2022, las emisiones de dicho año al 2030 sumarían 17.3 MtCO2e, lo que supondría poner en riesgo el cumplimiento de la NDC.

Las emisiones de CO2 de la refinería Dos Bocas por los 20 años de operación establecidos en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), serían el equivalente a talar aproximadamente 183 millones de árboles. Si proyectamos una vida útil de 40 años, el equivalente es de más de 366 millones de árboles. Esto volvería prácticamente insignificante el esfuerzo anunciado por este gobierno de plantar 1 millón de árboles frutales y maderables durante todo el sexenio.

FALTA DE CONSULTA A COMUNIDADES INDÍGENAS FRENTE A MEGAPROYECTOS. Proyectos como la termoeléctrica Morelos, el Tren Transístmico y el Tren Maya (este último con una evaluación de imacto ambiental deficiente y desaseada) son sólo algunos ejemplos de megaproyectos impulsados por el actual gobierno, los cuales han recibido críticas por la falta de cumplimiento de estándares internacionales (Convenio 169 de la OIT) en los procesos de consulta y búsqueda de consentimiento a las comunidades indígenas. Estas críticas han provenido incluso de relatores de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Estas consultas, minimamente, deben de ser libres, previas, informadas y culturalmente adecuadas.  

AGRESIONES A PERSONAS DEFENSORAS DE LOS DERECHOS HUMANOS AMBIENTALES.  Si bien, en lo que se refiere al número de agresiones, 2019 registró la cifra más baja en los últimos seis años con 39 ataques en contra de personas defensoras de los derechos de la tierra, el territorio y el medio ambiente, es necesario destacar que casi un tercio de los casos registrados  fueron homicidios, resultando 15 personas asesinadas y un intento de homicidio.  Es altamente preocupante que el homicidio siga apareciendo como una de las principales agresiones contra las personas defensoras en nuestro país.  En segundo lugar de las agresiones se ubican las amenazas con 11 casos y en tercer lugar la criminalización  con 9 casos.

DESAPARICIÓN DE FIDEICOMISOS. El pasado 22 octubre, el Senado de la República aprobó la extinción de 109 fideicomisos, entre ellos: el fideicomiso llamado, Fondo para el Cambio Climático. Al carecer del Fideicomiso para combatir el cambio climático ya no se cuenta con una entidad que gestione los recursos de manera transparente, como lo hizo NAFIN, incluidos recursos presupuestales y recursos internacionales. Además de que se reduce la posibilidad de conectar el impuesto al carbono y los recursos generados por el Sistema de Comercio de Emisiones en su fase operativa, con el Fideicomiso que podría a su vez reasignar dichos recursos vía convocatorias públicas. El Fideicomiso del Fondo para el Mecanismo de Protección de Derechos Humanos, lo cual genera incertidumbre respecto de los apoyos materiales y de seguridad que se brindaba a los defensores ambientales.

Así las cosas, ¿alguien sabe donde quedaron el medio ambiente y los recursos naturales? ¿Habrá alguien en la 4T dispuest@ a rescatarlos y darles el lugar que se merecen y la prioridad que tienen para todos nosotros?




Director Ejecutivo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA)


[1] Fundar, Centro de Análisis e Investigación. Cuidar lo que importa: Presupuesto para el patrimonio natural, 20 mayo 2020. Disponible en: https://fundar.org.mx/cuidar-lo-que-importa-presupuesto-para-el-patrimonio-natural/

[2] Fuente: CEIBA. Corregir el presupuesto 2019 para el sector ambiental. Disponible en: https://ceiba.org.mx/que-hacemos/publicaciones/corregir-presupuesto-ambiental-2019/)

[3] Fuente: Presupuesto de Egresos de la Federación, Ramo 16, “Medio Ambiente y Recursos Naturales”. Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/PEF_2020_111219.pdf

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