Los datos sobre el curso del Covid-19 indican que hay un rebrote o nuevamente se ha acentuado la transmisión de la enfermedad en Europa y en algunas partes del continente americano. En Estados Unidos, los casos de nuevos contagios muestran una tendencia al alza durante todo octubre, desde 47 mil 779 el día 3, hasta 90 mil 728 el día 29. En Europa el incremento de los contagios es particularmente notable, al punto de que la región nuevamente encabece la transmisión de la enfermedad. Los gobiernos están optando por volver a implantar diversas medidas de confinamiento. En América Latina la epidemia se mantiene activa y en varios países de la región el número de defunciones es particularmente notable atendiendo al tamaño de su población o con relación al total de las personas contagiadas.

En México también se observa en algunos estados y ciudades un incremento en el número de contagios y en la ocupación hospitalaria. Más amplio es el estancamiento en estos indicadores en varias entidades federativas más, que dan cuenta de una permanencia importante de la epidemia. Es un escenario que se complica ante la presencia de la influenza, que por sí misma plantea problemas al sistema de salud del país.

El comportamiento de la pandemia en Europa y en América permite concluir que un retorno gradual al conjunto de actividades económicas y sociales implica su fortalecimiento. Es una situación grave, teniendo en cuenta la condición de los sistemas de salud en la mayor parte de estos países, agotados por el intenso trabajo efectuado desde hace meses. Además, en varios países no se han ejecutado inversiones importantes en infraestructura hospitalaria y de atención a la salud, en adquisición y ampliación de equipos para hacer frente al conjunto de los problemas de salud y contratación de personal calificado para realizar estas labores.

Contar con la vacuna adquiere mayor importancia, pero también no hay certidumbre sobre fechas y tampoco sobre las condiciones globales que regirán su distribución, y menos sobre su aplicación al conjunto de la población.

En México las dificultades para mantener las actuales condiciones de funcionamiento de la economía pueden ser mayores en los meses siguientes, por lo que no necesariamente se mantendrán los resultados alcanzados hasta el final del tercer trimestre del año. El Inegi informa que el PIB tiene una reducción de 8.9% comparando el tercer trimestre de 2020 con el de 2019. Según esta estimación, la cifra se alcanza por el crecimiento observado en ese trimestre en las actividades secundarias. Otras cifras, como el aumento de las exportaciones manufactureras en ese lapso, con relación al desempeño del trimestre anterior, explican en gran parte este resultado. Es un dato que permite señalar que la economía tiene signos de recuperación mejores a los estimados.

Sin embargo, no es resultado de un comportamiento generalizado. Los servicios no tienen una recuperación semejante, dando cuenta de la debilidad interna en la economía y de los efectos negativos para un amplio grupo de la población que está ocupada en esas actividades.

El comportamiento de las ramas más importantes de las manufacturas se encuentra firmemente vinculado al desempeño de esas mismas actividades en Estados Unidos. Desde hace algunos lustros, la economía de México opera con un importante impulso dado por las exportaciones manufactureras con alto contenido importado y con destino predominante al país al norte del Río Bravo. Los cambios recientes en la economía mundial, que incluyen una tendencia al débil crecimiento, el aumento de las disputas comerciales y geoeconómicas entre Estados Unidos y China, y las fracturas en curso y futuras en las cadenas globales de valor, han profundizado esta condición. Incluso, las reglas acordadas en el Tratado entre México, Estados unidos y Canadá (T-MEC) en la industria automotriz, por ejemplo, establecen una zona más cerrada para la comercialización de bienes fabricados en otras regiones.

Para México, por la composición de sus manufacturas, las empresas que lideran las ramas más dinámicas y las inversiones realizadas en años previos implican una restricción para aumentar el crecimiento de la economía. El mantenimiento de ese patrón de funcionamiento de las manufacturas ha sido compatible con incrementos notables de importaciones para el consumo interno, incluidos productos de actividades altamente exportadoras, resultando un comportamiento deficitario que no permite financiar de manera creciente inversiones por su alto contenido importado.

Si se agregan las dificultades para mantener a los capitales en el país, por las reglas que operan en estos mercados, incluida la tenencia por no residentes de títulos de deuda denominados en pesos que en cualquier momento demandan su conversión a dólares, la vulnerabilidad del proceso de financiamiento es extrema.

 
Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa
Twitter: @GregorioVidalB

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