Parece que hay movimiento en la tumba de Taiichi Ohno, desarrollador del método “justo a tiempo”. Pues su brillante idea, que abatió costos y sentó un precedente en la industria, últimamente está teniendo problemas.

Este concepto, igual que el de “manufactura esbelta”, habían dominado la escena por más de 40 años hasta que sucesos inesperados vinieron, “como un tornado”, a darles una buena sacudida.

Podemos hablar de los sucesos más recientes como la pandemia del Covid-19, y su confinamiento, o del bloqueo que sufrió el Canal de Suez, pero hubo mucho más llamadas de atención sobre la delicada estabilidad de un sistema de abastecimiento suspendido en predicciones muy exactas, que lo asemejan más a un acto circense de caminata por la “cuerda floja”, que a un sistema sólido y capaz de enfrentar sucesos inesperados.

Con esto no estoy diciendo que el “justo a tiempo” y el “Kanban” no tienen un valor incuestionable en la manufactura, de hecho, han contribuido grandemente a bajar costos y mejorar el abasto de mercancías.

Pero como en la ley del péndulo, creo que nos fuimos al extremo. Y como no habíamos tenido eventos mundiales como la pandemia, pues, siempre hubo muchos convencidos que, ajustando el modelo, se podía seguir aplicando y vendiendo como la mejor solución para todo. Ahora sabemos que tiene sus límites, y que trabajan bien bajo ciertas circunstancias y para ciertos productos.

Hoy sabemos que, si la cadena de suministros “justo a tiempo” en la industria de la joyería falla, pues no pasa nada más de que un Jeque Árabe no compra relojes de un millón de dólares ese mes o ese trimestre, pero si falla la cadena de suministros médicos, eso mata gente.

Y si sucede en el sector de alimentos, hay pánico ente las familias. Y ni menciono el tema de papel higiénico, por que aún lo estoy tratando de entender. ¡La psicología social es un tema complejo!

¿Cuál pudiera ser una alternativa? Pues tal vez una manufactura no tan esbelta, o bien acortar las cadenas de suministro. Hacerlas más locales o regionales. ¿Que si esto ocasionará costos? Pues probablemente sí, pero la experiencia reciente nos dice que, es preferible eso a no tener los productos.

Nada es más caro que lo que no se tiene, o lo que no se puede adquirir.

Pero ¿qué hay del otro elemento fundamental del “justo a tiempo”, que es un entendimiento cabal de la demanda del consumidor? Pues nada, que seguimos investigando. Los economistas han gastado mucha suela andando los caminos del comportamiento humano en los temas del consumo (la demanda) y de los actores (consumidores), pero las expectativas del consumo siguen sorprendiendo a más de uno.

Siempre tenemos teorías desarrolladas a “toro pasado”, pero su capacidad de predicción, siempre tienen un grado de certeza, la cual baja considerablemente con el tiempo. Y si a esto le añadimos los eventos inesperados como los mencionados ya, pues la ecuación se vuelve muy complicada.

La respuesta a esto, como a todo lo interesante, no es fácil ni sencilla, pues involucra sistemas complejos que tratamos de entender, evaluar y predecir, pero a veces con pobres resultados. Es muy popular el dicho de que los economistas nos pasamos la mitad de nuestro tiempo prediciendo el futuro económico, para luego pasar el resto del tiempo explicando por qué no pasó.

Un botón de muestra: ¿Cómo saber que la película de Godzilla vs King Kong sería un éxito de taquilla? Pues después del colapso en la industria fílmica el 2020, con estrenos como “Wonder Woman 1984” y “Tom and Jerry” con regulares debuts, se esperaba que esta película también tuviera una tibia recepción… Pero no, a la fecha lleva recaudados casi 300 millones de dólares desde su estreno el 24 de marzo del 2021. Así, los consumidores marcan el ritmo del mercado y este, está cambiando vertiginosamente.

Las cadenas de manufactura global deben ajustarse a los tiempos y esto por lo que se ve, tiene 3 elementos fundamentales:

1.- La tecnología, que incluye las redes 5G, Big Data, virtualización, Inteligencia Artificial, Biotech, Blockcahin, y lo que se sume.

2.- Los estilos de consumo, como la economía del compartir, la durabilidad de los productos, sus contaminantes y externalidades, la economía circular, y lo que venga.

3.- La democratización del ingreso, sistemas financieros sin bancos ni gobiernos, dinero digital, trabajo para todos, seguridad social para todos, “comprar para vivir bien, y no vivir para comprar mal.

En mi opinión, estos serán los grandes temas para analizar en el nuevo ciclo que se nos abre ante nuestros pies. Cómo me solía contar mi madre, “Hijo, cuando éramos niños (1920), nos ponían a trabajar pues faltaban manos y nosotros lo hacíamos con gusto, pues lo tomábamos como un juego. Yo a ustedes no les di ese trabajo, pero les di estudio y les pedía buenas calificaciones, espero que a tus hijos les de ilusión para que puedan soñar y ser mejores mujeres y hombres. Hoy tengo nietas que espero vivan en un mundo que no vea el consumo como el parteaguas entre los que tiene y los que no, sino que busquen el que todos tengan algo”.

Consultor en Comercio Internacional e Inversión Extranjera

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