Golf Shot Mx

Ser mamá en el mundo del golf

¿Qué padres de familia no buscarían una disciplina que les enseñe los valores de la vida a sus hijos?

Alejandro Espinoza Yañez

Muchas personas me han preguntado: “¿Qué se siente ser mamá de dos golfistas tan exitosos?”.





La respuesta es fácil: Soy mamá de tres hijos exitosos, no sólo de dos golfistas, y creo que todas las mamás estamos orgullosas de nuestros hijos, sin importar si son famosos o no.

Dos de mis hijos, Carlos y Álvaro, decidieron ser golfistas profesionales. El camino no fue fácil para ellos, para nosotros como padres, o para su hermano Alejandro, quien no siguió ese sendero. A pesar de eso, desde un principio, los apoyamos para alcanzar sus metas.

Club El Universal

Cuando conocimos el golf como deporte, nos enamoramos. ¿Qué padres de familia no buscarían una disciplina que les enseñe los valores de la vida a sus hijos? Para ser golfista, hay que ser puntual, respetuoso con tus compañeros, honestos y pacientes.

Con el paso del tiempo, nos dimos cuenta de que realmente les gustaba y los empezamos a llevar a torneos nacionales y, después, a internacionales, con el objetivo de que cumplieran su sueño: Obtener una beca universitaria en Estados Unidos.

Eran deportistas de alto rendimiento alejados de las drogas y la vagancia. Lograron irse a jugar y estudiar en una universidad de Estados Unidos (University of North Texas y Arkansas, respectivamente); hicieron amigos en todos los rincones del mundo y actualmente tienen una carrera, haciendo lo que más les gusta.

Como mamá, puedo decirles que se sufre mucho fuera de las cuerdas. Por supuesto que quiero que, en cada torneo, gane uno de mis hijos —algo imposible en nuestro deporte—, pero me he dado cuenta de que, para mí, verlos luchar cada día, tratando de ser mejores en lo que hacen, es una satisfacción enorme. Claro, esas semanas en donde juegan bien y salen victoriosos, se vuelven la cereza del pastel. ¡Ver a tus hijos triunfar en lo que hacen es lo máximo! También han tenido torneos increíbles, donde no ganaron, mas dieron todo lo que tenían y fueron eventos inolvidables, llenos de lágrimas, risas y, sobre todo, de recuerdos.

Al mismo tiempo, es y no una vida increíble. La mayoría de las semanas que juegan, no quedan en primer lugar. Muchos dirían que pierden, pero —creo— ganan mucha experiencia. En este deporte en específico, no se pierde, se aprende.

Me ha tocado estar con ellos en muchos torneos alrededor del mundo. He caminado miles y miles de kilómetros en cientos de campos de golf. Con frío, calor, nublado, lluvioso o soleado. Cada día, tratando de apoyarlos en sus sueños, caminando a su lado, sufriendo con ellos y festejando con ellos. Todo en nuestra vida es el golf.

Gracias, EL UNIVERSAL y golfshot.mx, por la oportunidad en este espacio.