Así de simple y sencillo resonó el movimiento de la industria restaurantera: “Abrimos o morimos”. Ante el rápido crecimiento que tuvo esta demanda, empezó la sospecha. Como suelen hacerlo los gobernantes de todos los partidos políticos, comenzaron a buscar un origen político, un interés obscuro capaz de movilizar tantas voces. Seguramente, comenzaron a mapear a los rostros visibles para encontrar sus pecados, sus conexiones políticas, todo lo que pueda servir para denostar la movilización.

¿Quién está detrás? ¡mira quién se sumó al movimiento en las redes! ¡Claro, el boletín lo retuiteó fulanit@! ¡quieren confrontarnos! ¡quieren acabar con la gobernabilidad! ¡Traía un cubrebocas con el logotipo de un movimiento político!

Parecería que en México no puede haber un movimiento nacido de la desesperación o de la necesidad apremiantes de ser escuchados. Tal vez es hora de que las autoridades se enteren que cuando las causas son nobles, cuando un pueblo es trabajador por naturaleza, solo se necesita una chispa para detonar un movimiento. No importa si simpatizas con algún partido político en especial.

Entonces ¿quién está detrás de #AbrimosoMorimos? Por una necesidad compartida, cruda y absoluta los restauranteros y ciudadanía nos hemos unido. Está claro que la pandemia por COVID-19 ha sido devastadora para todo el mundo, pero en particular lo ha sido para nuestro país. No solo ha cobrado más vidas de lo previsto, sino que ha puesto de rodillas nuestra economía y amenaza con dejar efectos catastróficos y permanentes.

Somos empresarios, empleados, proveedores, clientes, y todas nuestras familias los que nos unimos para levantar la voz, para exigir nuestro derecho al trabajo y a una vida digna. La exigencia de abrir los restaurantes en semáforo rojo inició a través de una carta abierta, dirigida a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y al Gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, pero siguió con cacerolazos y con una petición en change.org que buscaba obtener 10 mil firmas. Hoy ya 180,000 se han sumado.

La organización del gremio restaurantero es una manifestación clara de la necesidad social. En el camino, ya se perdió más del 20% del gremio, día a día se pierde más y, de no actuar, podrían desaparecer más del 50% de los restaurantes que teníamos antes de que empezara la pandemia.

Es emocionante ver como todo tipo de empresarios y colaboradores de distintos niveles, muchos de la mano de nuestras familias, mostramos una parte íntima de nuestras historias a través de videos, fotos, audios y nos miramos a los ojos pidiendo que se nos escuche, diciendo que no podemos más, diciendo basta, aquí levantamos la voz todos y nos unimos en una exigencia común. Esta exigencia logró abrir una pequeña ventana de esperanza de que vendrán tiempos mejores, una exigencia sin partidos, sin colores, porque se trata de una exigencia mexicana.

México es trabajo, es solidaridad y es unión. La combinación de estas características logró esta alianza y al mismo tiempo es evidencia de una alternativa que nos enseña que, con confianza, seriedad, profesionalidad y en causas comunes, todos juntos podemos llegar más lejos.

Un gran aprendizaje es que, al dar la cara y poner tu nombre y apellido, es más fácil vernos a los ojos y entendernos a pesar de las diferencias, es más fácil escucharnos y saber de dónde venimos y por qué luchamos, la valentina viene de la desesperación, pero misteriosamente despierta sentimientos y actitudes que dan mucha esperanza a todos. No importa que te cataloguen, que te empiecen a investigar o mapear, lo importante es que la gente sepa que eres capaz de luchar y pelear por lo que consideras justo.

Esta batalla apenas comenzó, se abrió una ventana, pero necesitamos una puerta y tiene que ser lo suficientemente grande como para que entremos TODOS.

#AbrimosOMorimos
https://www.change.org/AbrimosOMorimos

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